Juanma Mallo/Boise, Idaho. La histórica y emotiva visita del Athletic a Boise, una de las cunas de la diáspora vasca, con mayoría de personas que hunden sus raíces en Bizkaia, ha dejado estampas curiosas. Entrañables.
Patente queda esa adoración hacia, por ejemplo, José Ángel Iribar, un ídolo para mucha de esta gente que pasa los 60 años. Aquí se le tiene grabado a fuego. Como Luis Zubizarreta, casi cuatro décadas en Boise que no han sido suficientes para dar pie al olvido. «Me he sacado una foto con el ‘Txopo’ porque es mi héroe. Él y Larry Bird, en el baloncesto, hacían fácil lo difícil».
Tampoco han faltado los llantos al observar y tocar a esos jugadores que muchos pensaron que, en su vida, iban a poder ver de cerca. De los medios a la realidad. Y también se han producido tiernos reencuentros con sus orígenes.
Es el caso de Xabi Etxeita, el central de Amorebieta. Durante la excursión al hotel Anduiza, que cuenta con un frontón en su interior, la guía preguntó si alguien tenía familiares en Boise. Y él dijo que sí.
Pasó el tiempo, la plantilla comió en el Basque Center y, después de firmar autógrafos en varios puntos de la ciudad, se pudo ver al vizcaíno, sonriente, con una pareja de ciudadanos de la capital de Idaho abandonar el Basque Block a pie.
Era una imagen conmovedora. Desprende cariño.
Mientras, sus compañeros regresaban al hotel de concentración en las afueras de este municipio de poco más de 200.000 habitantes. También José Mari Argoitia, veterano del club y uno de las integrantes de la expedición, se emocionó al recordar a sus antepasados que también cruzaron el charco.