José Basurto. Los cuatro son unos apasionados del remo. Excepto Jokin, que es de vocación tardía, los otros tres -Txirlita, Batu y Josean- llevan posando el culo sobre las tostas de una trainera desde que eran jóvenes. Los tres compitieron bajo los colores del club de remo Algorta, e incluso uno de ellos llegó a ganar una bandera de La Concha con Kaiku. Lo dejaron por las obligaciones laborales y familiares, pero tras un largo paréntesis volvieron a reencontrarse con el agua y el salitre. Se lo volvieron a tomar tan en serio que hace catorce años decidieron crear junto a otros antiguos remeros de Euskadi una liga de veteranos. En esa liga participa el club Ibaialde, con sede en Biarritz, clave en esta historia, ya que su presidente, Michel Lastiri, les propuso hace dos años participar en una aventura que lleva por nombre Indianoak. Los cuatro aceptaron encantados el envite, que consiste en recorrer en una trainera más de 400 kilómetros por las costas del Terranova. “Se trata de rememorar lo que hicieron los arrantzales vascos cuando iban allí a pescar ballenas y bacalao”, dicen. La gesta deportiva finalizará con un encuentro festivo de hermanamiento en Saint Pierre et Miquelon donde se pondrá la primera piedra de una euskal etxea.
Antes de partir estaban muy ilusionados pero “con nervios y expectantes porque no sabemos con lo que nos vamos a encontrar”, comentaban la semana pasada mientras se preparaban para meterse al agua a entrenar en una de las traineras de Getxo Arraun Taldea con la que compiten en la liga de veteranos. Ayer salieron hacia Canadá y hoy ya estarán en Placentia, localidad de Terranova, hermanada con Plentzia, y punto de partida de la aventura. Probablemente estarán ya comprobando la dureza del clima de esas tierras hostiles. “El tiempo que tengamos va a ser la madre del cordero”, dice Edu Basterretxea, más conocido por Txirlita, un algorteño de toda la vida, recientemente prejubilado con 62 años. Por eso asegura que “este viaje es el regalo de mi jubilación”. Ya les han advertido de que “el tiempo es muy del norte”, por lo que una de sus máximas preocupaciones ha sido el acopio de ropa técnica para la travesía. “Nos han dicho que hace bastante viento”, señala José Ramón Basterretxea, alias Batu, otro ATV (de Algorta de Toda la Vida), de 65 años, con una larga experiencia en el mundo del remo, como remero y directivo, y también en los fogones de un txoko. De ahí que será uno de los encargados de la expedición de preparar cenas y desayunos. Por su parte, Josean Zubizarreta, de 61 años, también algorteño con pedigrí, advierte de que “han dado vientos de cuarenta kilómetros por hora para esos días y que por la zona debe haber mucha niebla”. A esas circunstancias hay que añadir que “el agua está sobre unos seis grados y el ambiente entre trece y quince grados en verano, con buen tiempo”.
CAMPAMENTO El problema es que la aventura no acaba cuando cumplan las seis u ocho horas de navegación diaria, sino que continúa en tierra. “Cuando llegamos a los sitios tenemos que montar la tienda de campaña, hacernos la cena, dormir, y por la mañana, el desayuno y desmotar todo. Se puede decir que vamos como boy scout”, resume Jokin Alfageme, el más joven de los cuatro, de 57 años, ertzaina de profesión, que abrazó el remo hace diez años y ya no lo suelta “porque es un deporte que me ha enganchado totalmente”. Uno de sus compañeros de bancada en la trainera, Txirlita, recuerda cariñosamente que “este es de la MI (Margen Izquierda)”. “De Portugalete”, aclara Jokin.
La travesía está prevista que se inicie el viernes en Placentia con una primera etapa, la más larga, de 58 kilómetros, y final en Petite Forte. “Eso va a ser duro”, dice uno de ellos. “Yo creo que van a ser más de seis horas”, señala otro. El plan de navegación consiste en ir haciendo turnos. “Cada dos o tres horas se irán cambiando la mitad de los remeros”, comenta Josean. La expedición deportiva está compuesta por 21 remeros y una patrona. Se llama Paula Charron, es de Iparralde, y a pesar de tener 28 años tiene una gran experiencia en el remo. Actualmente es la patrona de la trainera del club Ibaialde en la liga de veteranos.
Todos los remeros que han sido elegidos para esta singular singladura se conocen desde hace muchos años, aunque no hayan remado juntos. Para esta aventura, que se comenzó a organizarse hace dos años, han entrenado de forma conjunta en varias ocasiones, tanto en Baiona como en aguas vizcainas y guipuzcoanas. Tampoco les va a resultar extraña la trainera, ya que “es una de fibra de vidrio que se la compraron a la Donostiarra”, pero que la pintaron y la rebautizaron el pasado mes de abril en Angelu con el nombre de Indianoak. Como dato curioso, Jokin recuerda que la trainera se quedará en Saint Pierre et Miquelon, “un detalle bonito del hermanamiento que vamos a hacer”. Durante toda la travesía, la trainera estará acompañada por una zodiac y una embarcación que transportará los víveres de la expedición y también servirá para que puedan descansar los remeros tras cumplir su turno de navegación. La hoja de ruta prevé diez jornadas de remo puro y duro, y cuatro de descanso intercalados en los distintos finales de etapa. La idea del proyecto ideado por Michel Lastiri y Leo Haran es que la trainera Indianoak toque los puertos donde los arrantzales dejaron huella, bien porque allí descargaban las capturas o montaban las fábricas para conservar el pescado en salazón.
BALLENAS Lo único que les han prometido a los remeros, tanto a los remeros vizcainos como a los guipuzcoanos, labortanos y terranovenses que componen la expedición es que “vamos a ver ballenas”, dice sonriéndose Josean. “¿Y pescar bacalao?, les preguntamos. “No, eso no”, contestan, “lo único que nos han dicho es que la langosta está muy barata y que por allí abunda mucho el bogavante y una especie de vieira”. Por si acaso, les preguntaron antes de iniciar el viaje si eran alérgicos al marisco. El tema gastronómico no les preocupa demasiado ya que Batu es un experto cocinero, aunque son conscientes de que durante el día se alimentarán de barritas energéticas.
También saben que cuando finalice la travesía en Saint Pierre et Miquelon podrán disfrutar de varios días de fiesta en la pequeña isla de ultramar francesa. “El objetivo de todo esto”, recalca Jokin, “es reactivar la relación que han mantenido los vascos con la gente de Terranova y no perder los lazos, mantenerlos”. Para ello se pondrá la primera piedra de una Euskal etxea. Por eso, estos cuatro remeros vizcainos van a ser protagonistas de una “aventura deportivo-cultural-gastronómica y de supervivencia”.