Diego Marín A. Hay quien se sorprende de que en Ezcaray se hable euskera, como es habitual. Y aunque es más frecuente entre los turistas y descendientes de la villa pero residentes en el País Vasco, lo cierto es que, históricamente, no debería resultar tan extraño. El topónimo parece proceder del término del siglo XII 'haitz-garai' («peña alta», la de San Torcuato). Historiadores como Eduardo Aznar sostienen que en lo que hoy es La Rioja se habló euskera hasta el siglo XVI. Es más, en el XIII los habitantes de Ojacastro tenían derecho a declarar en este idioma ante el juez.
Una de las principales 'pruebas' para llegar a esta conclusión es el primer plano de toponimia vasca del Alto Oja realizado en 1957 por Santiago Arregui Belar, bilbaíno que murió el pasado sábado a los 94 años. Aunque Juan Bautista Merino Urrutia ya había tratado el tema en su estudio 'El vascuence en el valle de Ojacastro' (1936), el mapa es clave. Muchas veces el plano circula de mano en mano sin saber quién fue su autor.
«El plano no lo tiene mucha gente pero a todos los de la zona nos suena. Es importante porque no suele haber planos de toponimia. Y el problema de la toponimia es que, si no se recoge, se pierde», explica Jorge Matey, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales de La Rioja y autor del ensayo 'Planos de toponimia actual e histórica y nomenclátor del Alto Oja' (IER, 2017). Para Matey, Arregui fue «quien me introdujo a conocer los montes».
«El problema de la toponimia es que, si no se recoge, se pierde», dice Matey
«Fue un gran hombre, gran amante del euskera y apasionado del monte y la toponimia», recuerda José María Merino, sobrino de José Bautista y quien también recuerda a Arregui como su cicerone montañés. De Santiago recuerda un consejo para no perderse en el monte: «Hay que ir por la loma», no por el barranco. Este bilbaíno fue uno de los primeros veraneantes vascos de Ezcaray, acostumbraba a acudir en septiembre junto a su amigo Luis del Río, propietario de la célebre casa inmortalizada en la película 'El sur' de Víctor Erice, situada en la carretera de Zorraquín. También era amigo del danés Ebbe Traberg. Comenzó a elaborar su mapa con 30 años, hablando con los pastores de la zona.
El plano de toponimia, expuesto desde hace quince años en Casa Masip, es una copia del que apareció en el palacio de Blanca Azcárate. «Nosotros lo enmarcamos y lo colgamos», recuerda Magdalena Masip, quien describe a Arregui como un hombre «muy inteligente y cariñoso, aficionado a la papiroflexia». Hay quien empezó a comercializar copias del mapa, sin permiso del autor, ante lo que la familia Masip respondió realizando fotocopias y regalándolas a quienes se mostraban interesados en el plano expuesto en su bar.