Lander Santamaria. La colonia baztandarra que reside en el Distrito Federal de México y en otras ciudades se encuentra en buen estado después del tremendo seísmo que ayer arrasó el país, casi en el aniversario de la catástrofe que sufrió en 1985 cuando se registraron un número todavía desconocido de fallecimientos. Todos los baztandarras con los que fue posible contactar, con serios problemas de comunicaciones por destrucción de las redes, manifestaron que el terremoto fue “brutal y eterno” pero que afortunadamente nadie sufrió daños físicos y se encuentran “todavía conmocionados pero bien, con temor a las réplicas que se puedan producir”.
Las personas con las que se pudo establecer contacto gracias a las redes sociales indicaron que se encontraban en buen estado. Desde la redacción de La Jornada, periódico del que es subdirector el elizondarra Josetxo Zaldua, manifestaron que “fue terrible, todo se movía y todo rodaba por el suelo, libros, estanterías, ordenadores”, pero por fortuna no reportaron daños personales. Se da la circunstancia de que Zaldua, que cuando se estableció comunicación se encontraba ausente, tiene su despacho en la planta octava de las nueve con que cuenta la sede de La Jornada, con lo que es de suponer que debió vivir unos momentos terribles.
Las familias de los hermanos Lázaro (Luis Javier, Jaime y Eduardo) de Elizondo, los matrimonios Josetxo Garaikoetxea y Lourdes Arretxea de Lekaroz-Elbete, Juanjo Arrieta y Mari Carmen Arretxea de Oronoz-Azpilkueta, Joxe Iraizoz y Maite Arrieta de Aritzu y Oronoz, la familia Zugarramurdi de la Panadería La Vasconia, los Iriarte-Ariztia de Elizondo-Elbete y otros confirmaron encontrarse en buen estado, incluso algunos fuera del país en viaje de vacaciones. El escritor y filósofo Ramón Larrañaga Torrontegi, colaborador de este periódico desde México, manifestó que, al residir en el norte del país y cerca de Estados Unidos “no nos tocó en nada” y dos familiares que residen en el Distrito Federal le dijeron encontrarse bien.
La colonia baztandarra en México es muy numerosa desde los primeros años del siglo XIX cuando empezaron a asentarse allí y desarrollan actividades industriales y comerciales en los ramos de panadería, alimentación, calzado y otros. De hecho, se calcula que la capital, el Distrito Federal, es la segunda localidad del Valle de Baztan por número de habitantes. Algunos de ellos y otros vascos socios de Euskal Etxea de México se reunieron ayer para elaborar y repartir alimentos a los miles de damnificados que vagaban por las calles al derrumbarse sus viviendas. “Estamos 100 personas preparando sándwiches y tortas, llevamos aproximadamente 2,000 piezas de atún y jamón, envíen a Revolución 50, atún, jamón, pan y mahonesa, y cualquier alimento. Urge, estamos detenidos sin producto”, solicitaban.