Ana Vega Pérez de Arlucea. Valentín Aguirre Esquivel fue un hombre de mundo. Nacido en Busturia (Bizkaia) en 1872, salió de su casa con tan sólo diez años para enrolarse como grumete en la marina mercante. De puerto en puerto y de barco en barco recorrió gran parte del planeta antes de atracar definitivamente en Nueva York en 1895, ciudad en la que trabajó como estibador, transportista y fogonero de los ferries que unen la Gran Manzana con Staten Island. A principios del siglo XX decidió sentar cabeza casándose con una chica busturiana y formal, Benita Orbe. Juntos, Valentín y Benita construirían un emporio euskoneoyorkino y la mayor red de apoyo a los inmigrantes vascos y españoles en Norteamérica.
Su pequeña pensión 'La Casa Vizcaína'», en la calle Cherry, pronto fue conocida por la comunidad hispana de la ciudad como un refugio donde comer caliente, dormir a gusto y solucionar problemas logísticos, legales o comerciales. Hubo un momento el que la mayoría de los inmigrantes vascos llegados a Ellis Island declaraban como su futura residencia en los EEUU la casa del señor Aguirre, quien ejercía de padrino consiguiéndoles contactos laborales, aconsejando acerca de trámites burocráticos y facilitando el viaje hacia la Costa Oeste. Valentín Aguirre fundó con otros doce amigos el Centro Vasco Americano en 1913 y amplió sus negocios en los años 20 con una agencia de viajes, otra de empleo y un hotel, el Santa Lucía. Ubicado en el West Side (Bank Street 82), cerca de los muelles, en los bajos del edificio el restaurante Jai Alai daba de comer a los huéspedes del hotel y a visitantes ilustres como Manuel de la Sota, el lehendakari Aguirre o Paulino Uzcudun.
Al mando de la cocina estaba Benita, reconocida guisandera, ayudada por emigrantes vizcaínos como Blas Echave, de Gernika, o Daniel Echeverría, paisano de Kanala que abriría después su propio restaurant. El Jai Alai restaurant & bar fue el establecimiento vasco más famoso de Nueva York durante décadas y servía platos destinados a encandilar al público vasco, español y latinoamericano que pasaba por el barrio de Greenwich Village. La carta, redactada en inglés y castellano, incluía entremeses, sopas, platos de huevos, pescados y mariscos, carnes, ensaladas, sandwiches, postres y especialidades de la casa.
Basque, Spanish & American
El repertorio tenía desde recetas vizcaínas tradicionales (chuletas de ternera a la bilbaína, bacalao al pil-pil y a la vizcaína) hasta clásicos peninsulares (jamón serrano, huevos a la flamenca, potaje de garbanzos, bacalao a la gallega, paella valenciana o chuletas a la riojana), platos norteamericanos (sandwich club, cocktail de gambas), internacionales (pez espada à la maître d'hotel o filet mignon) y sudamericanos, como la guayaba con queso. Un menú internacional publicitado como «basque, spanish & american specialties» que podía satisfacer al más pintado. Entre los cócteles, Aguirre y compañía ofrecían por ejemplo daiquiris, sidecars, manhattans, alexanders y el especial Jai-Alai, que desgraciadamente no sabemos qué llevaba. Los clientes tenían a su disposición también vinos de la tierra como el blanco Undurraga, Rioja de Ayala, Marqués de Riscal, varios jereces, coñacs, licores, champán, whisky escocés y bourbon para los más adeptos al pimple yanqui.
La muerte de Valentín Aguirre en 1953 no impidió que el Jai Alai siguiese siendo centro de reunión de la comunidad vasca en Nueva York, y en 1969 varias de las recetas del restaurante fueron incluidas en el libro de cocina 'Greenwich Village Cookbook'. Gracias a él conocemos la sopa de ajo con huevo, el atún en escabeche o las almejas a la Jai Alai que preparaba Benita.
Si pasan ustedes por Nueva York algún día podrán ver el edificio aún en pie, en la calle Bank 82. Allí sigue haciendo esquina la puerta por la que entraron tantos y tantos emigrantes buscando un sueño y para quienes los Aguirre siempre tuvieron preparada una mesa y un plato caliente.