Mónica Martín. La tarea artesanal fue un trabajo de hormiga que le demandó elegir cuidadosamente la tela y el hilo compuesto con hebras de oro. Siempre bajo la supervisión de Manuel Belgrano, con sus habilidosas manos, María Catalina Echeverría de Videla, hija de inmigrantes vascos, fue quien confeccionó aquella bandera celeste y blanca que se enarboló por primera vez el 27 de febrero de 1812 a las 18,30.
A la rosarina le encomendó la tarea un 20 de febrero y el reloj comenzó a avanzar rápidamente. Con poco tiempo para su confección, María Catalina buscó la ayuda de dos vecinas. Día y noche cosieron y bordaron aquel primer pabellón patrio. Cosieron incansablemente durante cinco días. Se cree que la bandera que realizan, estaba compuesta por solo dos franjas, una blanca y otra azul-celeste, sin otro aditamento.
La mujer participó de la jura, el 27 de febrero a orillas del Río Paraná, frente a las baterías de artillería Independencia y Libertad. Según explicó el historiador Adolfo Paulón, no era común que asistieran mujeres a una ceremonia militar.
Aun así, la rosarina nunca fue reconocida por la historia. Hasta 2011 no hubo monumentos, plazas ni calles en Santa Fe, que la recordaran.
María Catalina era hermana de Vicente de Echeverría, amigo de Belgrano y hombre de activa participación política de la época. La mujer falleció el 18 de julio de 1866.
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