euskalkultura.eus

euskal diaspora eta kultura

Besteek esana

Gorka de Iribar euskal-venezuelar pelotari eta dantzaria, urratsak Venezuela osoan zehar utzi zituen gizona (Deian)

2015/08/02

Gorka de Iribar Lacruz, nació el 8 de noviembre de 1952 en Caracas, capital de Venezuela. Falleció en la noche del 29 al 30 de junio pasada a los 62 años de edad. Su padre fue Andima, un pelotari, como él, fallecido, y su madre, Karmentxu, que le sobrevive. Gorka tiene un hermano, Gaizka, casado con Blanca Arrizabalaga. Sus sobrinos en la actualidad son: Jon Ander De Iribar, Aitor De Iribar, y Johana Odriozola y Amaya Odriozola.

Lotura: Deia

I. Gorriti / Bilbao, Bizkaia. El pasado jueves 30 de julio de 2015, un mes después de su fallecimiento, familiares y amigos organizaron una misa en recuerdo de este pelotari y dantzari en la capilla del colegio San Ignacio de Loyola de Caracas, a las 18.00 horas. “Gorka fue un vasco que nació en Caracas y dejó su estela por toda Venezuela”, enfatiza Amaya Zenarutzabeitia.

La pérdida de este hombre ha causado reacciones que publica este periódico a continuación. Así, Xabier Arozena lamenta el adiós. “Cuánto lo siento, muchísimo. Un abrazo a todas y todos los de la familia. El Centro Vasco de Caracas sin Gorka Iribar es otro centro. Gorka siempre estuvo allí, fue nuestro amigo y compañero desde la infancia. Compartimos el frontón, las fiestas, las comidas y las bebidas, el mus, la estancia en la piscina, su extraordinario y constante buen humor y su permanente disposición para colaborar en cualquier tarea que hiciera falta”, apunta Arocena y agrega: “Verlo jugar al frontón era un verdadero espectáculo,… Verlo bailar el aurresku, la jota o cualquier otro de nuestros bailes producía una gran alegría”.

Es poco probable que alguien del Centro Vasco de Caracas, de Puerto La Cruz y de Valencia así como del Club Puerto Azul o el Centre Catala no haya tenido la oportunidad de tratar y disfrutar de la compañía y presencia de Gorka. “Sé que nuestros hijos e hijas tenían en él a un amigo cercano siempre dispuesto a decir alguna frase agradable y estimulante, en fin, era querido y apreciado por todos”.

Arozena agrega una copla venezolana que dice: “Presente te quiero mucho, ausente te quiero más. Presente porque te tengo y ausente porque no estás” y pasa a despedirse: “Agur Gorka, te extrañaremos y recordaremos como lo que eras: Un gran hombre”.

En palabras de Virtu Albaya, Gorka ha dejado “en todos los que lo conocimos bellas imágenes en las actividades en que participó en el Centro Vasco, una persona que lo que hacía lo llevaba a cabo con cariño, buen humor y sobre todo con esa bella sonrisa que lo caracterizaba”.

CON LAS MANOS LLENAS. A los recuerdos de Xabier Arozena y Albaya, se han de sumar las de Iñaki Etxearte: “Iribar, como lo llamábamos en Puerto La Cruz no se nos fue; se fue su cuerpo más su presencia no se irá nunca, te lo dice alguien que compartió mucho con él en estos últimos años. Solía venir mucho a oriente por cuestiones de trabajo, más o menos cada mes, y se quedaba casi dos semanas. Nunca llegaba con las manos vacías, siempre traía alguna cosa rara o especial como un picante que conseguía en no sé qué sitió, una parrillera para asar los pescaítos que pescábamos, todos los de la cuadrilla tenemos un montón de camisetas regaladas por él e, incluso, ropa que ya no usaba su ama para que mi hermana la diera a las viejitas del barrio. Daba igual, siempre venía con alguna cosa”.

Etxearte continúa relatando sus recuerdos vividos al lado de Gorka. “Cuando llegaba decía: “Ya estoy en casa. A sacarme el estrés. ¿Qué hacemos?”. Y su casa era nuestra casa (la mía y la de mis hermanas) y su casa era Puerto La Cruz. Decía: “Aquí también tengo mi familia”. Y salíamos a dar una vuelta, “… a tomarnos unos traguitos”. Y por todas las partes que íbamos alguien siempre tenía que ver algo con él y nos saludaban. Cuando llegaba, le costaba entendernos los chistes porque los orientales hablamos muy rápido y comiéndonos las palabras y cuando iba cogiendo el tranquillo, se trasladaba otra vez a Caracas, y cuando llegaba decía: “Ya estoy bruto otra vez. No entiendo nada de nada”. Y lo que nos reíamos entonces. En el grupo él era el encargado de preparar los sándwiches, administrar el dinero, ayudar a limpiar lo que pescábamos” 

Este amigo, transmite desde el país americano otros detalles. “Cuánta gente está sentida por su partida, gente del pueblo, gente que en ningún momento ha tenido contacto con los de Euzko Etxea de Puerto La Cruz, donde supuestamente tenía que ser más conocido (y lo era, ¡claro!). Yo estoy preparando la lista de sus clientes a los que yo conozco y que sé lo que lo apreciaban bastante para darles la noticia y organizar, un cómo te diría: ¿un homenaje?, ¿una despedida?, ¿un respeto? No sé, un por qué te fuiste…” Esa celebración de homenaje ya se ha llevado a cabo.

Aitor Arozena también aporta sus impresiones. “No hay duda del cariño que se le tenía a Gorka. Estuvo presente en la vida de todos en el Centro y siempre de una manera alegre, divertida y solidaria. Una buen persona. Ahora él sigue su camino y vive en la memoria de todos los que le conocimos. Goian bego. Un abrazo a toda la familia”.

Unai Arozena continúa por esa senda al rememorar a su tío. “Qué noticia tan triste y dura osaba, fuiste un ejemplo a seguir para todos los que compartimos contigo. Siempre recuerdo cuando me quedaba a dormir en casa de Iker Odriozola y Jon Ander nos llamaba porque ya tenías el desayuno listo para todos. Te recordaré por siempre osaba”.



« aurrekoa
hurrengoa »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia