Aloña Velasco. Pablo Narbona es una de las personas que están participando en este programa. Llegó a Euskadi hace tres años aunque el Ordizia lleva tan solo uno. Dejo su Nicaragua natal por motivos familiares -su abuelo era de Sevilla- y, en A vivir que son dos días Euskadi, ha explicado que su curiosidad le llevó a participar en estas sesiones. Reconoce haber aprendido mucho, de hecho, está estudiando euskera. "Tengo un niño de año y medio que va a aprender el idioma y yo también quiero aprenderlo", explica Pablo. Al llegar al municipio del Goierri, conoció los quesos propios de esa tierra. "Soy una persona bien curiosa y quiero aprovechar todas las oportunidades que me brindan aquí. No quiero vivir de las ayudas, sino encontrar un trabajo", afirma. Su sueño es formarse en el mundo del queso y abrir una quesería cuando vuelva a su país.
Para Ainara Ormaetxea, técnica de migración y diversidad del Ayuntamiento de Ordizia e impulsora del punto de encuentro Ordizia Kolore, se siguen tres etapas en este programa. Primero, ubicarles en el municipio y hacerles partícipes de su cultura. Después, informarles sobre los recursos que tienen a su disposición en materia de educación, salud o servicios sociales, y en tercer lugar, realizar prácticas en la asociación o agrupación que ellos elijan.
Pablo es un apasionado de la pelota y se ha integrado muy bien en ese mundo. Actualmente, hay una decena de personas en el programa que está a punto de concluir.