Javier Guillenea. Ochoa Arrazola nació en 1415 en Oñati y años después se casó con Úrsula de Villar. Ambos vivieron en la casa solariega Arrazola Azpikua, en el barrio oñatiarra de Olabarrieta, junto a Arrazola Garaikua. Los dos edificios estaban muy cerca uno de otro, lo que indica que fueron fruto de la partición de una casa principal. El matrimonio tenía mucho terreno, con manzanos para hacer sidra y animales. Un inventario de bienes de la época detalla algunas de sus posesiones: tres cerdos, quince cabras y tres mulos.
Tuvieron hijos y luego nietos que también tuvieron hijos. Los Arrazola de Oñati se empezaron a multiplicar y pronto el barrio se les hizo pequeño. Muchos de ellos partieron a hacer fortuna o, simplemente, a ganarse la vida. Otros se quedaron.
15.000 personas comparten el apellido Arrazola en numerosos países.
Catorce generaciones después, el apellido está extendido por todo el mundo. Hay más de 15.000 personas que comparten el mismo origen diseminadas por numerosos países, sobre todo de Sudamérica. Solo en México hay 4.083 y en Bolivia 2.725. En América residen más del 94% de los Arrazola y menos del 6% en Europa. La mayor parte de ellos provienen de Olabarrieta.
Son datos recopilados por José Ramón Arrazola, un oñatiarra que se ha dedicado los últimos 25 años a rastrear el apellido en diferentes fuentes documentales y registros genealógicos. «Aunque el origen del apellido se sitúa en Atxondo, Bizkaia, uno de los asentamientos más potentes desde el siglo XV está en Olabarrieta», afirma.
4.083 Arrazola residen en México, el país donde hay más descendientes.
José Ramón no solo ha elaborado árboles genealógicos. También se ha puesto en contacto con arrazolas de todo el mundo y desde 2013 ha impulsado una serie de encuentros bianuales que se han celebrado en Checa (Guadalajara), Oñati, Colombia, y Bruselas. Once años después, la edad no perdona y el equipo organizador de los eventos, formado por José Ramón, José Mari, Tomás yJavier, todos ellos con el nexo común del mismo apellido, han decidido poner fin a estas citas con dos últimas fiestas de despedida.
Del linaje de Sancho
La primera se celebró ayer en Oñati, donde se congregaron casi un centenar de personas. La segunda tendrá lugar el 10 de agosto en Checa, un municipio de Guadalajara donde cerca del 30% de sus vecinos comparte el mismo apellido. Son descendientes de Sancho Arrazola, que en 1522 se desplazó desde Oñati para crear una ferrería que duró hasta la revolución industrial.
«Cuando nos pusimos en contacto con la gente de Checa se quedaron emocionados. Desconocían el origen de su apellido», dice José Ramón. Recuerda la sorpresa que se llevó la primera vez que visitó la localidad. «La plaza mayor se llama Lorenzo Arrazola y había una tienda de comestibles que se llamaba Arrazola. Fui al cementerio y había muchísimas lápidas con el apellido».
En la familia no han faltado personajes importantes. Sin ir más lejos, el mismo Lorenzo fue un ilustre vecino de Checa que destacó en el siglo XIX como político y abogado. Otro antepasado señero fue Juan Arrazola de Oñate, nacido en el concejo alavesa de Gometxa, pero descendiente directo de Azpikua. En 1599, cuando tenía 26 años, acompañó en calidad de secretario a Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, en su viaje a los Países Bajos para casarse con el Archiduque Alberto de Austria. Juan se quedó allí y en 1611 se casó en Bruselas con Beatriz Heath Ramirez, hija de un noble inglés. Los descendientes de este matrimonio se situaron en posiciones importantes en la historia de Flandes. Uno de ellos, Jan Jacob, fue enterrado en la catedral de Bruselas. Al menos 55 Arrazola de Oñate residen en Flandes en la actualidad.
Hubo también un inquisidor en Logroño, y de la rama que se quedó en Olabarrieta surgieron las picas que se utilizaron en el sitio de Breda, quizá las que aparecen en el cuadro de Velázquez.
La gran expansión se produjo en el siglo XVIII, siglo en el que los Arrazola se dedicaron a cruzar el Atlántico para establecerse en América. Uno de ellos fue José, que en 1791, cuando tenía quince años, viajó a Cádiz para aprender los secretos del comercio. Allí se casó con la hija de un rico comerciante y en 1812 el matrimonio se estableció en Cartagena de Indias, Colombia, país en el que residen 2.463 personas con el apellido Arrazola.
Encuentros
El viaje que José Ramón comenzó hace 25 años, cuando empezó a sumergirse en el Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa y en el del Ayuntamiento de Oñati, ha tenido como fruto catorce árboles genealógicos, cada uno con numerosas ramas. Algunas de ellas han vuelto a encontrarse después de llevar separadas varios siglos. En 2014 se celebró en Checa el primer encuentro de los Arrazola. Dos años después, la cita tuvo lugar en Oñati. Los participantes, algunos llegados de América, pudieron visitar las antiguas casas solariegas del barrio de Olabarrieta, la ermita de sus antepasados y la aldea de Arrazola, en Atxondo, donde surgió el apellido. En 2018 el encuentro se celebró en Cartagena de Indias y en 2022 enBruselas. En todas estas reuniones han participado una media de 150 personas. «En estos diez años de encuentros ha habido una conexión, el apellido nos ha unido. Somos gente de carácter abierto, universales», dice José Ramón.
En Olabarrieta viven seis familias Arrazola. El último que residió en Garaikua murió en 1949. Azpikua aún está habitado por personas de este apellido, aunque sus muros no son los mismos. En 1923 la casa antigua se derribó y se levantó una nueva, pero en su fachada colocaron el escudo de la casa original, el de los Arrazola.