Se acaba de jubilar en Buenos Aires Ricardo Xavier Basaldua, doctor en Ciencias Jurídicas, Profesor de Derecho Aduanero y Comercio Exterior y Miembro Fundador de la Academia Internacional de Derecho Aduanero. Pero no ha venido a Euzkadi a hablarnos de derecho aduanero, del que es una autoridad, sino a saludar a su familia (ayer tuvieron una comida en Bilbao de 19 primos con una tía que les vive) y a saludar al Gobierno Vasco ya que su aita lo fue todo durante más de cincuenta años, primeramente como secretario personal del Gobernador Civil de Vizcaya, Juan Echeverria Novoa y posteriormente del Lehendakari Aguirre del que en el exilio fue su Delegado en Argentina tras los trabajos de Aldasoro y Basterretxea.
Hoy, con Josu Erkoreka, hemos comido con él y con su prima Ana, una mujer activa y entregada que hizo de secretaria de Pedro de Basaldua cuando éste volvió del exilio en 1977 para la Asamblea de Iruña y pronunció aquella frase redonda de “vosotros habéis sido los exiliados en vuestra propia tierra”.
Hemos recordado como le incluimos en la lista para las elecciones del Congreso en junio de 1977, teniéndole que retirar de la misma pues no tenía nacionalidad española pero se pasó tres meses dando mítines pueblo a pueblo. En aquella época eran pocos los mitineros con fuste y él los bordaba. Alto, flaco, teatral, gesticulando, impostando la voz, haciendo pausas, poniendo ejemplos, todo el mundo quería escucharle al colaborador director del Lehendakari Aguirre y él, como he dicho, bordaba sus intervenciones. No hubo pueblo donde no le llevamos. Y se entregó como queriendo recuperar aquellos tres meses el tiempo perdido.
Cuando volvió a la Argentina, Juan Ajuriaguerra quiso hacerle una despedida y se la hicimos con una cena en el Víctor. Publicamos en Euzkadi una fotografía entre aquellos dos gigantes. Ajuriaguerra le dedicó esta frase en el libro de Jemein:
“Viniste de América y encontraste un Nuevo Mundo, una nueva Euzkadi vibrante y un partido semiorganizado, pero fuerte. Esperemos que cuando vuelvas de nuevo y que sea pronto, encuentres la misma vibrante Euzkadi y un Partido organizado y más fuerte aún. Un abrazo de todos”.
Efectivamente volvió en 1982 al Congreso Mundial Vasco. Teníamos ya un nuevo estatuto de Autonomía, Leizaola había vuelto del exilio, el Gobierno Vasco tenía su sede en Gasteiz y el Lehendakari estaba en Ajuria Enea. La historia se había puesto a cabalgar.
Su hijo Ricardo nos ha contado la entrega de su padre a su representación y al trabajo de ayudar a los vascos. El nació en la frontera suiza tras la entrada de los alemanes en Paris. Tenía solo un año cuando tuvieron que salir pitando tras el inicio de la II Guerra Mundial y llegan a México donde Basaldua quería quedarse pero en Buenos Aires su mujer, francesa, tenía un abuelo alemán dueño de una fábrica de cerveza y allí se instalaron. Ricardo tuvo una hermana que falleció en Argentina con 57 años.
Hemos hablado también de las estrecheces que pasó la familia a cuenta de la entrega de su padre a la causa y de su trabajo editando la publicación Euzko Deya y yendo cada fin de semana de conferencia en conferencia, de acto en acto, por esa inmensa Argentina donde Ricardo le acompañó en algunas oportunidades.
Hoy Ricardo es una referencia independiente y una autoridad en derecho aduanero con el que, asimismo, hemos hablado de la situación Argentina con unas elecciones en ciernes. Nos ha comentado lo que es el peronismo con una anécdota que se le atribuye a Perón. Al parecer el chófer de Perón le preguntó:
-General, ¿hacia dónde vamos?.
-Gire a la derecha pero vete a la izquierda, parece que le contestó.
Buena imagen de un movimiento populista difícil de encasillar.
Hace dos años editamos el libro de la memoria de Basaldua tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936 y antes de la llegada del Gobierno Vasco. Lo editó el IVAP siendo Consejero Erkoreka. Ricardo no tenía ejemplares y nos ha comentado lo interesante que sería presentar ese libro en Buenos Aires.
Y en eso hemos quedado.
Ricardo Basaldúa es Memoria viva de la reciente historia vasca.
Todo un honor haber estado con él.