Ainhoa Iglesias. El nombre de Amaia Arrieta no aparece en los desfiles de moda internacionales ni mira a la calle desde los escaparates de las 'millas doradas' de París, Milán o Nueva York, pero su ropa, en lo que a moda infantil se refiere, marca tendencia. La clave: un estilo clásico, sobrio y de calidad, inspirado en el buen gusto donostiarra a la hora de vestir a los niños, que ha conquistado a la mismísima casa real británica. El tirón de la tienda Amaia Kids, ubicada en el barrio londinense de Chelsea, se ha podido comprobar una vez más esta semana. El gabán de lana de color burdeos con el que la pequeña Carlota Isabel Diana Windsor se cobijó del frío para afrontar su primer día de guardería -y que se ha convertido en la prenda fetiche de la temporada- es suyo.
«Que la princesa Charlotte lleve un abrigo de Amaia Kids es un orgullo», reconoce al otro lado del teléfono Arrieta, «sobre todo cuando lo lleva tan mono», piropea. Se intuye que sonríe cuando declina educadamente dar más detalles sobre la compra, haciendo gala de esa discreción tan guipuzcoana y tan necesaria para incluir a la corona británica entre su clientela habitual. Porque no es la primera vez que Kate Middleton confía en la firma para vestir a sus retoños. De hecho podría decirse que la Duquesa de Cambridge la considera una apuesta segura a la hora de engalanar a los pequeños 'royal' para las ocasiones especiales. El bonito conjunto en tonos azules que el príncipe George se enfundó cuando acudió al hospital de St. Mary a conocer a su hermanita, por ejemplo, o el 'look' que el primogénito de los Duques de Cambridge lució en la felicitación familiar de esta Navidad, son de Amaia Kids. También la ropa con la que Carlota posó en los retratos oficiales por su primer cumpleaños.
La lista de 'celebrities' que han encontrado en el establecimiento de Amaia Arrieta inspiración para lucir a sus vástagos es interminable. «La tienda está muy bien ubicada», apunta la emprendedora bergaresa afincanda en Londres desde hace más de una década. Pero contar con semejante éxito no puede explicarse solo por tener una posición pivilegiada en el mapa. Sienna Miller, Claudia Schiffer, Elle McPherson, Victoria Bechkam, Kate Hudson y Kristin Scott Thomas son algunas de las famosas a las que se ha podido observar ojeando las perchas y haciéndose con una buena colección de prendas. «Nos esforzamos en ofrecer una buena calidad y ser cordiales en el trato», concede.
Talleres en España
Seleccionar los tejidos adecuados y que las prendas se cosan en España es algo que obsesiona a Arrieta. «No hay ningún otro país en el mundo donde la confección de ropa infantil en estilo clásico sea mejor. Tampoco mejores proveedores de telas», defiende. Por eso toda la producción la encarga a talleres de Bilbao, Madrid y Andalucía. Respecto a la atención, el «trato personalizado» y la «naturalidad» son en su opinión las mejores bazas de Amaia Kids. Es más, Amaia Arrieta cuenta una divertida anécdota que protagonizó su socia. «Una famosa actriz vino un día a la tienda y no la reconoció. Cuando se marchaba, comentó: 'bueno, encantada, soy Liv Tyler', y ella, ni corta ni perezosa, respondió 'un placer, yo soy Segolene Tresca'».
Amaia Arrieta se ríe cuando se le pregunta cómo una bergaresa que arrancó su carrera profesional ligada a la banca acaba vistiendo a los hijos de los famosos. «El azar, la vida», responde. «Cuando estaba embarazada de mi primer hijo no encontraba en Londres ropa de estilo clásico, pero atemporal, como la que se estila en Gipuzkoa. Además todo era o low cost, o prohibitivo, no había término medio en lo que a calidad y precios se refiere. Al final compré prácticamente todo el armario del bebé en diferentes tiendas de San Sebastián. La ropa gustó mucho entre mis conocidos y cada vez que viaja a visitar a mi familia me hacían encargos. Al final pensé que podría haber hueco para este tipo de moda y me aventuré».
¿Tienda en Donostia?
Curiosamente, a medida que este tipo de ropa crece en adeptos en los países anglosajones, Amaia Arrieta lamenta que se va «perdiendo poco a poco en Gipuzkoa». De ahí que con el aval del éxito cosechado, sueñe con abrir una tienda en Donostia. «Este mismo septiembre comencé a mirar locales pero tuve que dejarlo aparcado. Lo acabaré haciendo, seguro, pero no sé cuando». Sus hijos, que «no perdonan el mes de vacaciones maravilloso» que cada año pasan en Zarautz, la apoyan. «En Navidad fue acoso y derribo de toda la familia tratando de convencer a mi marido para el traslado».