euskalkultura.eus

Los pamploneses y toda la marea sanferminera disfrutó ayer de un txupinazo muy emocionante, que marcó una vez más el inicio de la fiesta, este año con la ikurriña en el balcón del Ayuntamiento. La plaza fue una marea de pañuelicos rojos, que estalló de alegría a las doce con el lanzamiento del cohete que daba inicio a las fiestas. Este fin de semana, la celebración se extenderá por la Diáspora, con fiestas en Sidney, México, Boise, Caracas y en muchos otros lugares.

Donostia-San Sebastián. El inicio de los San Fermines 2015 se ha vivido ayer intensamente en Pamplona, en un año en el que con el cambio de corporación, la ikurriña estuvo por primera vez presente en el balcón del Ayuntamiento, junto a las enseñas de la ciudad, Navarra, España y Europa.

La fiesta se extenderá este fin de semana por la Diáspora, aunque, como informábamos ayer en algunos lugares ya se haya adelantado. Uno de ellos fue Valencia, en Venezuela, donde la fiesta contó con suelta de vaquillas y todo.

Este sábado San Fermín llegará a México DF, de la mano del centro vasco local, que ha organizado una comida. Suele ser una fiesta muy animada, a la que los vasco-mexicanos acuden como manda la tradición, vestidos de rojo y blanco y con el tradicional pañuelico al cuello. 

En Sidney, Australia, el Centro Vasco Gure Txoko también se sumará a la fiesta el sábado, con una comida que tendrá lugar en el frontón. Además, y debido a la diferencia horaria, los vascos de Sidney podrán ver el encierro en directo. La organización ha pedido a los asistentes que acudan vestidos de rojo y blanco, para disfrutar de esta animada fiesta.

De vuelta a Venezuela, en Caracas, los socios de Eusko Etxea celebrarán San Fermín el sábado. La fiesta vasco venezolana suele reunir a numerosos socios, atraidos por la emocion del encierro que se suele hacer en las instalaciones del centro, con reses de verdad. Este año, además, la euskal etxea ha organizado también una concurso de tortillas. El equipo ganador se llevará una comida gratis en el restaurante Casa Pakea. Después, las tortillas concursantes se degustarán junto a otros manjares típicos vascos en la comida, a la que seguirá "un juego que de santo no tiene nada”, con premios para grandes y chicos.