Donostia-San Sebastián. Esta noche finaliza un año y comienza otro y desde EuskalKultura.eus, al igual que desde nuestra diáspora en general, afrontamos esta transición y el inicio de este nuevo periodo con esperanza, con ganas, con la energía que nos proporciona nuestra apuesta por lo nuestro, por nuestra gente, por nuestros jóvenes, por los valores de solidaridad, compromiso, apoyo mutuo y resiliencia que nos han traido hasta aquí, que condujeron a la creación en el mundo de decenas de euskal etxeas, que surgen nuevas o que perduran, como es el caso de nuestros colegas del Euskaldunak Denak Bat de Arrecifes, que cumplirá 100 años en apenas dos meses (Zorionak!).
Zorionak asimismo a todos y todas quienes integran nuestra familia de miembros y amigos de nuestra diáspora. Sí, somos familia, aun en nuestra pluralidad compartimos sentimientos, apuesta y esfuerzo, y hemos sobrevivido a estos casi dos años de pandemia, mejor o peor, porque si algo nos caracteriza es nuestra determinación, llámasele cabezonería, obstinación si se quiere, por perdurar, por continuar siendo eslabón en la cadena de ese legado que nos dejaron generaciones previas y que queremos llegue intacto, e incluso mejorado, a quienes nos sucedan.
A veces no es fácil, pero nos tenemos los unos a los otros, hombres y mujeres de la Octava Provincia, de la Euskal Herria del mundo, porque lo principal que tenemos es nosotros mismos, nuestra convicción, esa voluntad que puede atravesar momentos mejores y peores, pero que prevalece, y que a veces espera a que escampe para volver, para retomar, para seguir alumbrando, para (re)unir fuerzas y continuar haciendo camino.
Faltan pocas horas para 2022. El lunes que viene emitiremos un nuevo boletín, el último hasta el 1 de febrero, en que retomaremos la emisión diaria. Os lo comentaremos el mismo lunes. A quienes lean estas líneas desde el hemisferio sur, y comienzan quizás sus vacaciones de verano, nuestros mejores deseos. Seguiremos comentando.