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Bilbao, Euskal Herria. Considerado el padre de la ‘caricatura psicológica’, el dibujante bilbaíno desarrolló una notable carrera artística en Venezuela antes de retornar al País Vasco en 1980, para establecerse en Donostia. Otaño fue una figura innovadora, pero no obtuvo un reconocimiento acorde con la relevancia y trascendencia que su labor supuso en la consolidación de la ilustración gráfica vasca. Influyeron en ello los largo saños de exilio latinoamericano donde desarrolló buena parte de su obra central y la habitual consideración de la caricatura como un arte menor.

Ahora, gracias al Cultura del Ayuntamiento de Bilbao y la Asociación de Dibujantes Profesionales de Euskadi y la labor de su hija Sara Otaño, la obra del dibujante bilbaíno vuelve a la actualidad, conla publicación del catálogo ‘Otaño, ikusten ikasi’, y una amplia exposición de su obra. La muestra, patrocinada por el Área de Cultura del ayuntamiento de Bilbao, repasa las tres facetas de su creatividad a través de media docena de grabados, una veintena de caricaturas y alrededor de 12 de sus pinturas, paisajes de marcada tendencia posimpresionista.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 10 de diciembre, se completa con varias piezas de arte precolombino, del que era admirador y en el que se convirtió en un verdadero experto en investigaciones arqueológicas.