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Un largo recorrido de restricciones a las libertades. Hoy se cumplen seis años del cierre del diario Egin por orden del juez Garzón, seis años en los que los encausados siguen a la espera de juicio (en Gara)

15/07/2004

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«Operación persiana», parte de un largo recorrido de restricciones a las libertades

Los Sanfermines estaban recién acabados. Unas pocas horas después de que los iruindarras entonaran el «Pobre de mí», cientos de agentes de la Policía española iniciaron la «Operación persiana». Las instalaciones de «Egin» y Egin Irratia fueron clausuradas, su actividad paralizada y se sucedieron los arrestos y registros. Seis años después, la libertad de expresión sigue detrás de la persiana.

La fotografía de los kilikis de Iruñea despidiéndose de los niños en la estación de autobuses, junto a un titular de grandes dimensiones, ilustró la última edición especial para Nafarroa de "Egin".

Hoy se cumplen seis años desde que la rotativa estadounidense DEV dejara de funcionar y de dar vida a las maquetas e informaciones que previamente habían elaborado los trabajadores del periódico. La voz de Egin Irratia también dejo de oírse en los hogares de Euskal Herria.

De la noche a la mañana, cientos de agentes de la Policía española irrumpieron, con orden de Baltasar Garzón, en las instalaciones de ambos medios y cerraron sus puertas. Detenciones, múltiples registros, la pérdida de empleo para cerca de 250 trabajadores, que, además de sufrir las consecuencias del cierre, tuvieron que recurrir a los tribunales para que les fueran satisfechas las indemnizaciones correspondiente, fueron el resultado de lo que el propio Garzón bautizó como «Operación persiana».

«Aquel 15 de julio de 1998 se envalentonaron y, hasta ahora, no han parado. Se atrevieron, como dijo José María Aznar en Turquía, y rompieron la virginidad sacrosanta de golpear a algo tan sensible como es la libertad de expresión. Al romper ese tabú político, ahora se permiten todo tipo de lujos contra este derecho. La libertad de expresión se ha convertido en una propiedad privada de ellos, que para los demás no existe», manifestó Jabier Salutregi en una entrevista concedida a Gara con motivo del quinto aniversario.

El director del periódico fue arrestado días después del cierre. Sobre él y el resto de procesados recayeron fianzas millonarias y medidas cautelares, que los sumió en una «absoluta indefensión», tal y como remarcó Salutregi. «Simplemente, el saber que no puedes ir al Estado francés o a trabajar a Latinoamérica me produce cierta claustrofobia. A mí, concretamente, me han bloqueado la vida», manifestó.

El 18 de julio del pasado año, él y directivos de las empresas del grupo Orain entraron junto a varios medios de comunicación en la sede de Hernani. El panorama que hallaron reflejaba el total abandono al que, hoy hace seis años, condenaron a estas dependencias en las que decenas de personas invirtieron muchos esfuerzos.

«Nos hemos encontrado con un la fotografía de un periódico desvencijado y destrozado por la molicie y por la negligencia de aquellos que no han tenido ni el más mínimo cuidado de hacer el mínimo mantenimiento», declaró Salutregi a los periodistas tras aquella visita que se produjo cinco años después.

Ese mismo mes de julio, el fiscal de la Audiencia Nacional española Enrique Molina pidió a la Sección Tercera de lo Penal la confirmación del auto de conclusión del sumario 18/98, instruido por el juez Baltasar Garzón, y la apertura de juicio oral contra 61 imputados, de los cuales 17 están encuadrados en el «caso Egin»: Manu Aranburu, José Ramón Aranguren, José Luis Elkoro, Pablo Gorostiaga, Manu Intxauspe, Maite Mendiburu, Patxo Murga, Isidro Murga, Xabier Otero, Pepe Rei, Jabier Salutregi, Teresa Toda, Ramón Uranga, Jexuxmari Zalakain, Iñaki Zapiain, Xabier Alegria y Carlos Trenor.

La primera operación policial en torno a este sumario tuvo lugar en mayo de 1998, cuando la Policía española irrumpió en las empresas Banaka, Gadusmar, Aulki, Itxas Izarra, Untoxorri Bidaiak y MC Uralde, y detuvo a sus responsables bajo la acusación genérica de «pertenecer al entramado financiero de ETA».

Aquella fue la antesala del ataque contra un periódico que desde el 29 de setiembre de 1977 acudía puntualmente a los kioskos y una emisora de radio que comenzó su andadura el 8 de mayo de 1989. Años de trabajo, sudor e ilusiones quedaron detrás de las persianas.


Un macroproceso politico general

En un artículo de opinión publicado en GARA el 13 de julio de 2003, el abogado Iñigo Iruin manifestó que se trata de un «macroproceso político general ad hoc».

El primero de los calificativos se refería a la magnitud del número de personas-- más de 200--­ afectadas por el sumario 18/98 del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional española.

Político porque, según remarcó el letrado, «el sistema político trata de castigar a los que considera enemigos del orden constitucional vigente».

General porque «no se acomete mediante un conjunto o serie de procesos individuales contra una ideología en un periodo de tiempo, sino que es a través de un único proceso».

Ad hoc pues «se trata de un sumario hecho a propósito para lograr el objetivo político pretendido, para lo que se efectúan las adecuaciones precisas en el orden jurisdiccional, en el sustantivo y en el procesal», explicó Iñigo Iruin.

(publicado el 15-07-2004 en el diario Gara)

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