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Un estudio recupera la figura de Miguel Antonio Zumalakarregi, liberal que aunque llegó a alcalde de Donostia y ministro, ha quedado eclipsado por su hermano militar, Tomás (en Gara)

09/03/2005

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Martin Anso/Donostia. El Museo Zumalakarregi de Ormaiztegi [localidad natal de los Zumalakarregi, en Gipuzkoa] ha publicado, con el número 7 de su colección «Estudios históricos», una biografía redactada por Mikel Alberdi del jurista y político liberal Miguel Antonio Zumalakarregi (1773-1846), figura clave de la primera mitad del siglo XIX, que llegó a ser ministro de Gracia y Justicia, y, sin embargo, ha desaparecido prácticamente de la historia, eclipsado, sin duda, por el mito de su hermano menor, el caudillo carlista Tomás Zumalakarregi.

Lo que llevó al Museo Zumalakarregi a iniciar la investigación que ha desembocado en la publicación de la biografía del político liberal fue la constatación de que, a pesar de la relevancia que adquirió en su época, en la actualidad es un desconocido, no sólo para el público en general, sino incluso para los especialistas. «De hecho, apenas existe bibliografía al respecto», destacó Alberdi.

Y, sin embargo, cualquier personaje con una trayectoria como la de Miguel Antonio Zumalakarregi, que fue presidente de las Cortes de Cádiz, tres veces diputado por Gipuzkoa, alcalde de Donostia, senador por Segovia y Navarra y ministro de Justicia, entre otros cargos, «en otro lugar hubiera sido ampliamente recordado».

Que la historia haya ninguneado a Miguel Antonio tiene mucho que ver, sin duda, con la popularidad de su hermano menor, Tomás. «Paradójicamente, hasta la Primera Guerra Carlista, cuando la gente escuchaba el apellido Zumalakarregi, pensaba en Miguel Antonio, que era un político importante, mientras que Tomás era un militar más. Sin embargo, en apenas dos años, las victorias que consiguió el general carlista y su inesperada muerte lo convirtieron en mito», destacó Mikel Alberdi. El historiador señaló, como hecho sintomático, que Tomás, «que, de haber tenido relación directa con Donostia, hubiese sido probablemente para bombardearla», cuente con una calle en la capital guipuzcoana, mientras que su hermano, que fue alcalde de la ciudad, es un desconocido.

La relación entre ambos hermanos, cuyas tendencias políticas eran tan extremadamente contrapuestas, parece que fue correcta, aunque no cálida. «Hay que tener en cuenta ­señaló Alberdi­ que entre ellos había quince años de diferencia. Miguel Antonio estudió leyes en Sevilla y residió la mayor parte de su vida en Madrid y en el sur. Existe documentación sobre un viaje que, en 1812, durante la guerra contra las tropas napoleónicas, Tomás, como guerrillero, realizó a Cádiz, donde se encontraba Miguel Antonio, para recibir órdenes. Pero, a partir de ahí, sus trayectorias personales y políticas fueron divergentes».

Intentó disuadir a Tomás

Cuando Tomás fue nombrado comandante de las tropas carlistas, Miguel Antonio recibió el encargo de tratar de influir en él, lo que dio origen a un intercambio epistolar entre ambos hermanos. «Pero Tomás, muy amablemente, le dice que va a seguir defendiendo sus ideas. Eso sí, le pide que interceda por su mujer y sus hijas, que, como represalia, están presas en Iruñea. Miguel Antonio lo hace y, poco después, la familia de Tomás es liberada».

La trayectoria política de Miguel Antonio estuvo íntimamente ligada a los avatares políticos de la primera mitad del siglo XIX, siempre en el bando liberal. «Presidió las Cortes de Cádiz cuando, por ejemplo, disolvieron oficialmente la Inquisición ­destacó Alberdi­. Durante los períodos absolutistas, conoció la cárcel y el destierro. Cuando los liberales recuperaban el poder, hacía carrera».

En lo que a Euskal Herria respecta, defendió siempre los intereses de la burguesía comercial, por ejemplo, el traslado de las aduanas del Ebro al Bidasoa, y participó en la progresiva abolición foral subsiguiente al Abrazo de Bergara.

Uno de los frutos de la investigación ha sido el hallazgo en la Universidad de Sevilla de un retrato inédito de Miguel Antonio Zumalakarregi.


Piratas, espias, bandoleros y otras «Gentes del siglo XIX»

M.A./Donostia. Karmele Barandiaran, directora del museo de Ormaiztegi, aprovechó ayer la presentación de la biografía de Miguel Antonio Zumalakarregi para dar cuenta de otra iniciativa del centro, ésta de carácter divulgativo, que ya está en marcha y lleva por título "Gentes del siglo XIX".

«Se trata ­explicó­ de un coleccionable virtual; a lo largo del año, el museo pondrá en la red todos los meses una breve biografía de algún personaje que destacó no por ser un gran general o político, sino por otro tipo de cuestiones». Por ejemplo, el corsario de Hendaia Etienne Pellot; Miguel Joaquín de Eleicegui, "El gigante de Altzo, que medía 2,42 metros y fue considerado el hombre más alto de su época; Aviraneta, el conspirador, o Patakon, famoso bandolero.

A estas biografías se puede acceder a través de la web del Museo. Los interesados también pueden suscribirse (gratuitamente) enviando un correo aquí y recibirán todos los meses la correspondiente biografía.

(publicado el 09-03-2005 en Gara)


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