diáspora y cultura vasca
22/06/2009
PUBLICIDAD
Santiago, Chile. El artículo publicado ayer en el Magazine de La Nación, rescata al restaurante del Centro Vasco de la tónica general en que nada o casi nada queda del buen hacer de aquellos "clubes de colonia, como los estadios o los centros sociales de una nacionalidad determinada", que "navegan desde hace mucho en un mar de dificultades y, a menudo, de soledad".
En opinión de César Fredes, "Los hijos de vascos, de catalanes, de sirios o de palestinos se van olvidando cada día de la patria, de la lengua y de la comida de sus ancestros y los clubes --los estadios un poco menos-- están cada día más lejos del carácter con el que nacieron", con lo que "de las sedes sociales que tuvieron como base la cocina, hace un tiempo ya casi nada va quedando. Nada al menos con el carácter, con la vida, con el fervor que un día los animó".
'Lugar emblemático de la cocina de colonias'
Salva de esa tendencia al restaurante de Eusko Etxea. "A despecho del paso del tiempo, este lugar emblemático de la cocina de colonias, que tuvo tiempos mejores y cuya calidad depende del concesionario de turno, aún puede dar gratas sorpresas, como sus callos, su paella y ciertas frituras de marisco hechas con arte". Alaba al concesionario actual, Hernán Sobrazo, que "debe rebuscárselas con eventos y cenas grandes y particulares, que --agradece-- la directiva le permite realizar". "Este hecho, según Sobrazo, le permite no descuidar la carta diaria ni la adquisición de buenos insumos y darle correcta atención a los socios y público en general que allí asiste", explica.
Tras atacar la oferta en otros establecimientos ligados a nacionalidades --"a última vez que fuimos al Estadio Español, hará más de un lustro, nos dejó sin ganas de volver por lo mediocre y adocenada de su oferta", "Del Círculo Español huimos para siempre", "del Centre Catalá, del que fuimos asiduos ya no lo somos, porque aunque es verdad que la cocina y el servicio mejoraron en el último tiempo, los precios también aumentaron considerablemente", "de los viejos clubes Palestino y Sirio de la calle Santo Domingo hará treinta años que nos dimos festín a menudo, pero ya no se puede reconocer ni siquiera los edificios en que operaron"-- repasa la historia reciente, recordando que "el Centro Vasco fue un punto de reunión de un numeroso núcleo de dirigentes concertacionistas, llamados también Grupo del München".
Comedores discretos y acogedores
"Sus comedores --algunos privados-- ya se ven algo vetustos, pero son discretos y acogedores. Allí se ofrece desde un pollo a la plancha con arroz, para alguno que esté a dieta, hasta los callitos, que son el mejor plato de la carta y de lo que damos fe porque los comimos el jueves".
La reseña finaliza aseverando que "la cocina del Centro Vasco, en general, está bien hecha y oscila entre los guisos de carne clásicos y algunos buenos camarones y calamares a la romana, con el aire típico de la mano de los chefs jóvenes que espolvorean el plato con merquén y decoran con ataditos de ciboulette frito. Los precios son prudentes. Y nos dicen que la joya de la carta es la paella, con mucho marisco y que mucha gente va allá mayoritariamente por ella". "Si es tan buena como los callos, volveremos", concluye.
-El artículo en cuestión, en La Nación
-Página web del restaurante: www.restaurantcentrovasco.cl
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea
Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus