Tandil, Argentina. Es bien sabido que la comida vasca goza de excelente reputación internacional. En la Diáspora, los platos tradicionales han tenido siempre su lugar, si bien, en las euskal etxeas, en los últimos años, los pintxos han ganado mucho terreno. Y, aunque quizás bastante menos conocidos, la gastronomía vasca dispone asimismo de postres espectaculares, cuya preparación también despierta gran interés. El pasado sábado 20 de abril se realizó en el Gure Etxea de Tandil un Taller de elaboración de postres vascos. La actividad estuvo a cargo de Marily Harguindeguy, directiva del Centro. Se trató de un encuentro presencial, totalmente práctico y accesible a cualquier persona. El cupo, limitado a 18 personas, se completó muy rápidamente ya que no era requisito tener conocimientos previos. Y las participantes —fueron todas mujeres— se llevaron, además del recetario y los secretos de las tradicionales recetas, los postres elaborados.
A lo largo de poco más de tres horas, 18 mujeres de diferentes edades aprendieron a realizar cuatro de los postres vascos más tipicos: Eguzkilorea, Goxua, Pantxineta y Pastel vasco, este último, en base a la receta tradicional de una cocina familiar, más precisamente de la cocina del caserío Menddia. “La receta me la envió mi prima Isabelle Goyheneix. Es la que se transmitió en el caserío donde vivió mi abuelo, Martin Harguindeguy, en Lekunberri, cerca de Donibane Garazi”, explica Marily Harguindeguy. Además de recetas, la nieta pudo reencontrarse con cartas escritas por su abuelo, enviadas desde Argentina a su casa natal hace más de un siglo, en las que contaba que "aquí estaban muy bien, con trabajo, comida y salud”, afirma Marily, con una mezcla de asombro y emoción.
Un gran exito, que presagia continuidad
Rita Manfort (izquierda), asistente al Taller de repostería y socia del “Lagunen Etxea”, de Laprida; junto a Graciela Confalonieri, presidenta del Centro Vasco Gure Etxea de Tandil
Graciela Confalonieri, quien ofició de ayudante, cuenta a EuskalKultura.eus que “La actividad fue un éxito, con un grupo de participantes que se fueron contentas y agradecidas por el momento que pasaron y, además, llevándose lo producido en el taller”. En vista del éxito obtenido, no descartan la idea de darle continuidad y organizar otro taller gastronómico. “Quizás la próxima sea una propuesta de pintxos, aunque aún no hay fecha”, adelanta Graciela, presidenta del Gure Etxea, más que satisfecha con el resultado del encuentro.