Situado en un lugar céntrico, en plena Avenida de la Revolución, frente a un Tijuana Jai-Alai que aportó lustre a esta localidad de la Baja California mexicana, el Chiki Jai era testigo y recuerdo de los años buenos de la pelota en México, y de su decaimiento. Inaugurado en 1947 de la mano del pelotari Napoleón 'Napo' Olasolo, tras la muerte de éste lo heredó su mujer. Con los años se perdieron la propiedad y los clientes vascos, y, venido a menos, quedaba la historia en su nombre y sus muros, ahora calcinados.
Tijuana, México. En realidad se trataba de la crónica de una muerte anunciada, y ahora adelantada. El local iba a dar paso en breve a la construcción en el lugar de una torre de apartamentos de lujo --la más alta de esta zona de la ciudad, según dicen (ahora solo tenía dos pisos de altura)-- y el incendio no ha hecho sino llamar la atención y dotar de un ligero elemento dramático a los últimos días de este establecimiento, reflejo de una historia y de una época algida de la pelota vasca en esta parte de California.
Tijuana formó parte del imaginario de los pelotaris vascos en sus periplos de ciudad en ciudad en que se practicaba profesionalmente la pelota vasca. En 1947 se inaugura el impresionante palacio de pelota de Tijuana, el Tijuana Jai Alai,conocido por otros como "El Foro" --desde hace poco más de quince años está rehabilitado como auditorio sede de conciertos-- y a su alrededor se asentó en aquel momento, a ambos lados de la frontera, un grupo de pelotaris y sus familias.
De la mano de la kantxa, surge ese mismo año el Chiki Jai, fundado por quien fuera pelotari Napoleón Olasolo. Decano de los restaurantes vascos de la zona, otros pelotaris y expelotaris inaugurarán asimismo otros restaurantes vascos en esta zona fronteriza.
Sin sus dueños originales, sin clientela pelotari, el Chiki Jai permanecía en su esquina de siempre como guardián de una historia que aún colgaba de algunos de sus muros. En su carta algunos platos daban fe de su pasado vasco, aunque qué duda cabe de que solo era la sombra de lo que fue.
(existe un acuerdo, previo al incendio, de abrir un restaurante a media cuadra, con el mismo nombre)