Arrecifeña de 50 años, Teresa de Zavaleta es docente y lleva una vida impregnada de euskera y cultura vasca. Conjuga una capacidad asombrosa de trabajo, con entusiasmo, conocimiento, rigor, y dedicación. Preside Euskaltzaleak de Buenos Aires.
diáspora y cultura vasca
03/07/2015
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Arrecifeña de 50 años, Teresa de Zavaleta es docente y lleva una vida impregnada de euskera y cultura vasca. Conjuga una capacidad asombrosa de trabajo, con entusiasmo, conocimiento, rigor, y dedicación. Preside Euskaltzaleak de Buenos Aires.
Joseba Etxarri. Estudió Historia y Psicología Social y en su vida 'civil' es docente de Historia --su otra pasión-- en una escuela pública secundaria. Descendiente dos y tres generaciones atrás de vascos de Gipuzkoa, Navarra e Iparralde, Teresa de Zavaleta es, aunque no le resulte fácil reconocerlo, toda una institución en Argentina. Por sus manos de irakasle han pasado muchos cientos de alumnos, que dan fe de sus activos: ganas, interés, conocimiento, preparación continua y un entusiasmo motivador y contagioso. En este año en que celebra sus bodas de plata el programa Argentinan Euskaraz / Euskara Munduan, cabe señalar que ella fue una de sus integrantes, en la localidad pampeana de Macachín.
Naces casi con traje de dantzari.
-En mi casa lo vasco estuvo presente desde siempre. Eran gente de trabajo y tesón, de empeño, y lo llevaban con sano orgullo. A los tres años ya me llevaban al Centro Vasco de Arrecifes y he sido dantzari durante toda mi vida. Allí, un vasco nacido en Euskal Herria, don Lucio Echaniz, me transmitió en particular el amor por lo vasco y la patria vasca, un amor romántico y mitológico diría yo, que fue evolucionando con la lectura y la experiencia propia.
Fundas el grupo Ugarritzak, que toma el testigo en la rica tradición dantzari arrecifeña.
-Se produjo un cambio en el Euskaldunak Denak Bat de Arrecifes y en 1989 entra por primera vez una mujer como presidenta, Alicia Azarola. Yo tenía 23-24 años. Hacíamos una revista, Ugarritzak --miramos en un diccionario cómo se decía arrecife en euskera, ugarritza, y de ahí salió el nombre-- e iniciamos así el grupo de baile, que hoy sigue siendo uno de los grupos vitales en Argentina. Yo pensaba que bailar no era suficiente y quería hacer los ensayos en euskera, de modo que cuando en 1990 se propuso el barnetegi de Macachín, allá fui y me entusiasmé con el grupo de profesoras, para comenzar dando clases a adultos ese mismo año.
Macachín marcó el inicio de una fecunda trayectoria en relación al euskera y su enseñanza en Argentina.
-Así es. En mi caso, a los dos años pudimos viajar con el Gobierno Vasco por primera vez a un barnetegi en Euskal Herria, a Lazkao, y aquello me marcó y me abrió horizontes. Siempre he valorado a la gente que te explica la riqueza de las palabras, y cómo estas se resignifican cuando encuentras a alguien que se toma el trabajo de explicártelas. He ido cuatro veces a Euskal Herria, a Lazkao, a profundizarme en el euskera y me siento agradecida a la gente que me tuvo en casa y con la que pude aprender y practicar la lengua y la cultura. Soy una enamorada del euskera.
Eres docente de historia en Buenos Aires.
-Desde 1992. Me gusta mucho trabajar con adolescentes. Imparto clases en el Colegio Manuel Belgrano, una escuela pública de la ciudad de Buenos Aires. Doy clases de historia desde la prehistoria a la actualidad, argentina y americana, desde primero hasta quinto.
¿Cómo presentarías Euskaltzaleak?
-Es desde 1944 un euskaltegi, una escuela de euskera en el corazón de Buenos Aires. Pero desde 2005 es además un espacio abierto, activo y participativo en el que nos juntamos y convivimos gentes diversas a las que une el interés y la sed en relación al euskera. El euskera y la cultura vasca están presentes en todas nuestras actividades. Organizamos múltiples actividades culturales y de ocio en esa clave, desde un coro hasta talleres de alboka, txalaparta, danzas, charlas culturales, cine contemporáneo... Recibimos a mucha gente de Euskal Herria a su paso por Buenos Aires. Tenemos un plantel de ocho profesoras para los diferentes niveles de euskera, de las que siete son argentinas euskaldunes y una de Euskal Herria, y más de un centenar de alumnos, entre presenciales y online. Euskaltzaleak es equipo, una gran familia unida por el cariño y el compromiso con el euskera.
En 25 años has impartido clases en Arrecifes, Pergamino, José C. Paz, en Buenos Aires en Euskal Echea, Eusketxe, Euskaltzaleak, en barnetegis... ¿De qué estás más orgullosa?
-De la constancia, seguro, También de pertenecer a un grupo como el que conforma Euskaltzaleak. De hechos, no lo sé, quizás de haber impulsado el inicio y la puesta en marcha de las clases de euskera y cultura en una institución como el colegio Euskal Echea en la calle Sarandí y Lavallol, como semillero entre escolares; o de las clases online, y del ofrecimiento con FEVA clases de gratuitas a las euskal etxeas del país, y de nuestro entorno, que no cuentan con clases presenciales. O de escuchar hablar euskera a gente como, por ejemplo, Anabel Jaureguiberry, que acaba de sacar el primer perfil y que partió de cero en Euskaltzaleak y hoy es irakasle. O de formar parte de un grupo que escribe a los presos vascos enfermos...
¿Pensaste alguna vez en quedarte a vivir en Euskal Herria?
-Quizás en algún momento, con 25 o 26 años. Tengo muy buenos amigos y mis antepasados son de allá, pero yo soy argentina, si me apuras, muy argentina, y me gusta explicar historia a mis alumnos adolescentes argentinos y tender puentes y ayudar a Euskal Herria desde acá. Creo que en eso, en ayudar al euskera y a Euskal Herria, tenemos un rol en la Diáspora, una responsabilidad.
Athletic bezala? Athletic... atzetik!!!
All Boys, 17/07/2015 14:53
Maite zaitugu Tere zu zara nagusia, Athletic bezala. Musu bat.
Euskala ikasleak, 03/07/2015 14:49
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