diáspora y cultura vasca
04/07/2011
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Lander Santamaria/Elizondo, Navarra. Martín Urrutia Ezcurra nació el día 5 de enero de 1855 en la casa Enarondoa, en el seno de una familia humilde que intentó sin embargo procurarle los estudios mínimos, lo que hizo primero en Alkoz y luego en un internado que existió en Sunbilla, hasta que aún muy joven decidió como tantos otros entonces emigrar a América con el deseo de abrirse camino en la vida. Lo haría, merced a gran esfuerzo y sacrificios, y con creces hasta labrarse una fortuna y llegar a ser una de las más representativas personalidades de la sociedad vasca de México.
En 1928, la revista La Emigración Española y con el título "La obra de los emigrados, un millón para escuelas" recoge la noticia de que don Martín Urrutia y su esposa doña Carmen Lanzagorta, "acaudalado matrimonio, navarro él y mexicana ella, residentes en México, han destinado un millón de pesetas para fundar en Oronoz, pueblo del Valle de Baztan (Navarra) una institución escolar".
Serían los que se conocerían durante décadas como Colegio de San Martín, para chicos, y de Nuestra Señora del Carmen, para chicas. "Empresario de origen vasco, en un caserío de Oronoz, en el Valle de Baztan, en Navarra...", dicen sus biógrafos de México. "Los aspectos en los que destacó fueron la creación de una importante industria textil de inigualable calidad en sus productos y de una fuente de trabajo que por más de 100 años ha sido el sostén de muchas familias. De alguna manera, esta fábrica atrajo a muchas familias a vivir en el pequeño pueblo de Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero a fines del siglo XIX".
Y en su historia de Euskal Etxea, el Centro Vasco de México DF, Amaya Garritz, de padre originario de Pamplona y campeón del mundo de pala, recoge que Martín Urrutia Ezcurra contribuyó y consta ante notario público a crear la Asociación Vasca San Ignacio de Loyola con la que se constituiría en 1907 el lugar de reunión de los vascos en aquel país. Con Martín Urrutia, otro baztandarra en aquel tiempo, Juan Irigoyen, de Aldakotxea de Erratzu, y entre otros con dos objetivos: "Estimular el amor al País Vasco y al idioma e historia vascos" y "Afianzar eficazmente las relaciones entre vascos".
Hoy, pero en 1948, el alcalde accidental Juan Lázaro, daba lectura al nombramiento de Martín Urrutia como hijo predilecto del valle, título inédito hasta entonces en los anales del Baztan, y se inauguraba el busto del benefactor (fallecido en Alemania) creado por el escultor Julio Beobide. Y hoy, privatizada la obra de Martín Urrutia, sólo nos queda recuerdo y agradecimiento.
Un hombre consciente de su origen y circunstancias, y a la de tantos baztandarras y mexicanos de la época, Martín Urrutia se esforzó aquí y en el país azteca por mejorar las posibilidades de acceso al estudio de la gente humilde y modesta. Igual que hizo en Oronoz, donde centenares de chicos, en el Colegio de San Martín con los Hermanos Maristas por medio siglo y en el Colegio Familiar Rural que se constituyó después, y de chicas en el Colegio de Nuestra Señora del Carmen, cursaron estudios diversos. Decidió que ellos adquirieran "enseñanza primaria y nociones de comercio, cursos y artes y oficios que comprendan carpintería, tornero y ajustadores y peritos electricistas", y ellas "enseñanza primaria y superior, que comprenda cocina, corte, confección, contabilidad, taquigrafía e idiomas". Y lo mismo que en Oronoz hizo en México, en el estado de Hidalgo y municipio de Santiago Tulantepec, con otras escuelas que fundó y llevan su nombre y donde también una calle se le dedicó a don Martín Urrutia.
(publicado el 04-07-2011 en Diario de Noticias de Navarra)
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