diáspora y cultura vasca
08/03/2008
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La Plata, Argentina. Tal como avanzara el mismo día del óbito EuskalKultura.com, Euzko Etxea de La Plata perdió el pasado lunes, a los 81 años de edad, a uno de sus socios más queridos y respetados, el bergararra Bixente Ibarguren. La huella dejada por este guipuzcoano en la comunidad vasca de La Plata es muy profunda y, según han coincidido en señalar las diversas fuentes platenses consultadas por este boletín, 'su recuerdo vivirá durante muchos años en los corazones de los socios tanto jóvenes como mayores de la euskal etxea'.
Ibarguren llegó a La Plata en 1952 y desde entonces se convirtió en un activo socio del centro, al que siempre contribuyó con su trabajo y con sus conocimientos y amor por la cultura vasca. El pasado lunes, el cortejo fúnebre se detuvo unos minutos ante la puerta principal del Centro y allí se le dio el último saludo. Los jóvenes lucieron trajes típicos y empuñaron la bandera argentina y la ikurriña, hablaron dos dirigentes y todo el mundo entonó el Agur Jaunak.
Amor en el Centro Vasco
En La Plata Bixente se dedicó a la herrería, oficio que había aprendido en su Bergara natal. Pasó por una fábrica de tornos y luego montó su propio taller. Cerca de su lugar de trabajo levantó la casa en la que convivió durante más de cuarenta años con su esposa, María 'Marutxa' Zarranz, a quien conoció en el Centro Vasco. Juntos compartieron el amor por lo vasco, precisamente a través de Euzko Etxea.
Fue directivo del centro durante al menos treinta años y lo presidió en dos períodos, entre fines de la década de los 80 y principios de los 90. El Centro le asignó hace algún tiempo el cargo honorífico de Alcalde y por iniciativa de un grupo de jóvenes, la casa le dio su nombre al salón principal de la sede de 14 y 58. Bixente fue designado por la Municipalidad de La Plata como inmigrante ilustre en 2004.
Cultura extraordinaria
Recuerdan sus amigos que Ibarguren no dejaba de agradecer las oportunidades que le brindó la Argentina, 'si bien nunca olvidó su tierra y el caserío Zaldumendi, que conserva su familia desde hace 700 años'. 'Era una persona impecable, sin educación formal pero con una cultura extraordinaria y una inteligencia que sorprendía. Su historia fue como la de muchos inmigrantes: a fuerza de trabajo construyó una familia y ganó el reconocimiento de la comunidad', recordaba esta semana el presidente del Centro Vasco, Javier Clúa.
Otro de los signos de identidad de Ibarguren era su facilidad para conectar con los jóvenes, a los que enseñó con su ejemplo a querer al Centro Vasco y a defender al Pueblo Vasco, un pueblo que él quería ver libre. Fue un vasco ejemplar. Con su forma de ser, 'lograba que lo quisieran desde un niño hasta una persona de 90 años. Era un fenómeno. Fue un eterno agradecido de este país. Su pasión fue el Centro Vasco y la unión de todos los vascos. Tenía un gran respeto por la cultura y cuando podía hablaba en euskera', rememora su amigo Iñaki Aramayo. Su recuerdo y su ejemplo quedan en los corazones de todos quienes le conocieron. Doluminak, nuestras condolencias a Marutxa, a su familia y a la comunidad platense y vasco-argentina en general. Gogoan zaitugu, Bixente.
Enlaces relacionados
Avance de su muerte ocurrida el lunes de madrugada, hora argentina
Publicado en EuskalKultura.com el 3 de marzo de 2008
La noticia de su fallecimiento en medios de Bergara
http://goiena.net/bergara
Página web del Centro Vasco de La Plata, Argentina
www.centrovasco.com
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