A la izquierda, en la primera foto, Ramajla Maya Duratovic posa junto a otros miembros del grupo cultural de Bosnia-Herzegovina Mladi Bihar. En la foto de la derecha, los dantzaris de Oinkari bailan con los de Mladi Bihar (fotos M.B.)
El grupo cultural de Bosnia Herzegovina en Boise ha celebrado recientemente su primera fiesta anual. “Fue una fiesta modesta, pero se acercó mucha gente”, explica a EuskalKultura.com Ramajla Maya Duratovic, representante del grupo. Participaron casi un millar de personas, entre ellas integrantes del grupo dantzari boiseano Oinkari y Patty Miller, directora del Museo Vasco de la ciudad. Miller recibió además, en nombre de la comunidad vasca local, una placa de agradecimiento: “Si no fuese por el apoyo brindado por los vascos, el grupo cultural de Bosnia Herzegovina no existiría en Boise”, asegura Duratovic.
Boise, EE.UU. Hace quince años que los miembros de la comunidad de Bosnia-Herzegovina en Boise crearon el grupo cultural Mladi Behar (Joven Flor) y, desde entonces, han organizado charlas, bailes y exposiciones. Pero no fue hasta el pasado 9 de mayo que celebraron su primera gran fiesta anual. “El grupo lo creamos para que los emigrantes de Bosnia-Herzegovina pudiésemos mantener nuestra cultura”, explica Ramajla Maya Duratovic. “No es fácil que la gente de Bosnia-Herzegovina nos unamos, porque después de la guerra, sobre todo entre las generaciones más mayores, existen muchos rencores. Pero tengo la esperanza de que las generaciones jóvenes podamos juntarnos, al menos aquí (en EEUU)”, augura.
Los temas político-religiosos se evitan en las reuniones de este grupo, más o menos como ocurre en NABO, la organización que acoge a las Casas Vascas de Norteamérica, donde históricamente se ha procurado aparcar los temas políticos.
Gran consideración
Los miembros de Mladi Behar tienen en gran consideración a los vascos. Según explica la representante del grupo a este boletín, “al principio, nadie nos hacía ni caso y fue el Museo Vasco de Boise quien nos dejó, de manera gratuita, utilizar sus locales para nuestras reuniones. Sin su ayuda no habríamos llegado hasta aquí”.
Como muestra de ese apoyo, en la fiesta de mayo, ofrecieron una placa a Patty Miller, directora del Museo y C entro Cultural Vasco de Boise: “Es una muestra de la hermandad entre los dos grupos. Yo veo a los vascos como nuestros padrinos, los que nos ayudaron en los momentos más difíciles”.
La asociación cuenta con 30 jóvenes en su grupo de danzas y, para saber qué pasos dar en el futuro “solemos fijarnos en lo que han hecho los vascos”, dice Duratovic. “Los vascos han conseguido cosas impresionantes en Boise, han hecho un gran esfuerzo para mantener unida y sana su comunidad. Para nosotros, constituyen un ejemplo a seguir”.