Se cumple un año de la clausura de Egunkaria y poco ha cambiado: el diario sigue cerrado e Iñaki Uria, consejero delegado, en la cárcel sin fecha de juicio

20 de febrero de 2004, un año después de que el juez de la Audiencia Nacional española Luis del Olmo procediera al cierre cautelar del diario en lengua vasca Egunkaria, poco ha cambiado: el que era entonces único diario en euskera sigue clausurado, al igual que sus instalaciones en Hego Euskal Herria y su consejero delegado permanece en la cárcel sin fecha de juicio prevista. El cierre y la situación de indefensión han vuelta a ser denunciados por Martxelo Otamendi, director de Egunkaria y de su sucesor, Berria, entre múltiples escenas de solidaridad por parte del conjunto del mundo cultural vasco.

EUSKAL KULTURA. Palabras como 'agresión injustificada a la cultura vasca y a la libertad de expresión', 'indefensión' o 'actuación judicial guiada por criterios políticos' han vuelto a pronunciarse en las diversas llamadas a concentraciones y actos solidarios contra el cierre de Egunkaria a realizar durante el día de hoy a lo largo de la geografía vasca, con menciones expresas a la liberación de Iñaki Uria, consejero delegado del diario, que continúa en prisión sin que se haya precisado el delito que se le imputa ni se haya fijado fecha para un posible juicio, así como, por otro lado, de Xabier Alegría, trabajador del medio, que en la actualidad continúa también en prisión, aunque en este caso por el sumario abierto contra Udalbiltza.

Enmedio de lo que continúa siendo la denuncia de la generalidad del mundo de la cultura euskaldun y la sociedad vasca en general, Martxelo Otamendi, quien fuera director de Egunkaria --oficialmente continúa siendo director del diario cerrado-- y es hoy día director de Berria [el nuevo diario en euskera que en un plazo record de cuatro meses salió a los kioskos partiendo de cero y mediante fondos recaudados por suscripción popular, pueblo a pueblo de Euskal Herria], ha resaltado que un año más tarde el juez sigue sin proporcionar datos ni evidencias de utilización del periódico en actividades 'al servicio de ETA' ni de que Egunkaria se dedicara a otra cosa más que a las labores correspondientes a la profesión periodística y a la difusión cultural en general y de la cultura vasca en particular.

'El juez no puede aportar pruebas porque no las hay'

'No puede aportar pruebas, porque no las hay', ha ratificado Otamendi. 'La clausura de un medio de comunicación es una cosa muy seria. El cierre de Egunkaria fue llevado a cabo para demostrar a la opinión pública que 'nosotros somos capaces de arrestar a estos señores, acusarlos de ser miembros de ETA, tenerlos incomunicados y maltratarlos, sin que pase nada'; fue un aviso a navegantes para que nadie se atreva a mear fuera de tiesto', explica Otamendi, quien afirma además que tras haber conocido en carne propia la vejación de la tortura, no cejará en su denuncia de la misma y hará todo lo que está en su mano para denunciar lo que considera sigue siendo práctica llevada a cabo en cuartelillos y comisarías. Otamendi señala asimismo su preocupación ante la inseguridad jurídica y la falta de garantías para que más agresiones como la llevada a cabo con Egunkaria no vuelvan a producirse.

Recordemos que el 20 de febrero de 2003 la Guardia Civil española penetró por orden del juez del Olmo en las oficinas y delegaciones del diario Egunkaria en Gipuzkoa, Navarra, Alava y Bizkaia --la delegación en Iparralde queda fuera de su jurisdicción y continuó abierta-- y procedió a su registro y clausura. Del Olmo ordenó asimismo la detención de diez periodistas y directivos del diario, entre ellos el propio Martxelo Otamendi, quien al ser liberado tras pasar varios días en los calabozos de Madrid en manos de la Guardia Civil, denunció haber sido sometido a prácticas vejatorias y torturas, lo cual le valió que el Ministerio del Interior español, lejos e iniciar investigación alguna, se querellara contra él, por 'denunciar falsamente a los servicios y cuerpos de la seguridad del estado'. 'En España no se tortura', sentenció entonces el ministro Acebes.

Reacción de la sociedad vasca

La sociedad vasca respondió al cierre y los sucesos de Egunkaria con una multitudinaria manifestación de protesta que reunió en las calles de Donostia-San Sebastián a gentes de las ideologías más diversas, desde miembros de los partidos que forman el Gobierno Vasco (PNV, EA e IU-EB) hasta militantes y simpatizantes del PSE, AB, Batasuna, Aralar, centrales sindicales y asociaciones sociales y ciudadanas, a excepción del Partido Popular.

A apenas cuatro meses, salió a la calle el número 1 de Berria, el actual diario en euskera, que cuenta con una tirada de 21.000 ejemplares y 28.000 accionistas que han aportado de sus bolsillos casi 5 millones de euros para poder hacer efectivo el derecho de los vascos a poder disfrutar de un periódico y de información diaria en euskera.

Los trabajadores de Egunkaria han convocado para el día de hoy a la habitual concentración, más un acto en el Parque Martin Ugalde de Andoain al que se prevé asistan representantes de todo el arco cultural, social y político vasco a excepción del Partido Popular.

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