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Sancho El Mayor

27/01/2003

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por José Luis Orella, historiador

La editorial pamplonesa Mintzoa acaba de publicar, inaugurando una nueva colección titulada Carranza, la obra de Anacleto de Ortueta titulada Sancho el Mayor, rey de los vascos. Ortueta (1887-1959) fue un historiador vasco del tiempo de la II República que publicó en Barcelona varias de sus investigaciones, tales como Vasconia y el imperio de Toledo, obra que mereció una recensión en el Anuario de Historia del Derecho Español realizada por otro gran historiador navarro, como fue José María Lacarra. Más tarde, exiliado en Buenos Aires, publicó varias de sus obras, entre las que se encuentra ésta, que fue publicada póstuma, titulada Sancho el Mayor, Rey de los Vascos (editorial Ekin, 1963).

El fundador y director de Mintzoa, Segundo Otazu Jaurrieta, ya ha acogido en su fondo editorial al menos dos monografías dedicadas a Sancho el Mayor. Pero, al acercarse ahora el milenario del comienzo del reinado de Sancho, ha creído que no podía faltar la reedición de esta obra tan profunda en el manejo de las fuentes y de la historiografía y tan significativa en la utilización de los sucesos interpretativos de la historia navarra.

Sancho el Mayor es, sin duda alguna, el más importante rey que tuvo el reino, primero, de Pamplona y de Navarra, después, durante su Edad Media. Fue un rey que supo acrecentar las tierras recibidas en abolengo incorporando territorios que luego derivaron en los reinos de Aragón y de Castilla. No hay que olvidar que el primer rey de Aragón, Ramiro I, lo mismo que el primer rey de Castilla, Fernando I, fueron hijos de Sancho el Mayor. A ellos, lo mismo que a otro de sus hijos, Gonzalo, les dejó territorios que había conquistado en acapeto. Pero se los dejó no con el título de reyes, sino de regulus o virreyes al servicio del hijo primogénito, García, que recibió el título de rey de Pamplona. Muerto Sancho el Mayor, sus hijos guerrearon entre sí por la herencia territorial y por la soberanía de reyes, arrebatándosela a su hermano. Esta es la razón por la que algunos historiadores dieron a Sancho el título de «hispaniarum rex».

El protagonismo peninsular e internacional de Sancho el Mayor dio pie a que los cronistas contemporáneos y los historiadores posteriores le asignaran una serie de títulos con los que ha pasado a la historia.

Sancho el Mayor fue un rey europeo en varios aspectos. En primer lugar, en cuanto que remodeló el Camino de Santiago que atravesaba sus reinos haciendo coincidir la infraestructura viaria por él pensada para comunicar los territorios conquistados y dados a sus hijos y cuyas capitales eran Jaca-Pamplona-Nájera-Burgos, con lo que luego, cuando se funden las villas burguesas, será la base del futuro «camino francés». Igualmente preparó la introducción de la orden de Cluny en la Península, ya que, a los lazos familiares que ligaban al rey de Pamplona con Berenguer Ramón I, conde de Barcelona, se unieron los feudales y el papel que ejerció entre ambos el abad de Ripoll y Cuxá y, además, obispo de Vic, el abad Oliba.

El cronista contemporáneo y obispo de Astorga, Sampiro, conoció al rey Sancho en León, en 1034, cuando Sampiro era todavía presbítero, y le denominó «rex cantabriensis». El historiador árabe Abu Marwan Hayyan ibn Jalaf (987-1070), denominado Ibn Haiyán, en su obra al-Muqta- bis, dice, al describir el matrimonio de Sancha de Castilla y Berenguer Ramón de Barcelona en 1016: «No he visto entre los cristianos guerreros como los de Sancho... el único que podría comparársele era su pariente y homónimo Sancho, hijo de García, señor de los vascos, que a la muerte de Sancho de Castilla reinó solo».

Estos dos últimos títulos de rey cantábrico y señor de los vascos estaban justificados en la mente de sus autores por el hecho insólito de que a la hora de hacer testamento Sancho el Mayor dejara a su hijo primogénito los territorios que quiso fueran de abolengo y que vinieron a coincidir con la denominada Cantabria o Tierra de los Vascos, y cuyos límites eran los mismos a los que se extendía el euskara en esos momentos. Es decir, le dejó a su hijo García el de Nájera las tierras que corrían desde la bahía de Santander a los montes de Oca, para de allí traspasar a la Rioja y la Jacetania. Es decir, que dividió Castilla, atribuyendo a García las tierras de Castella Vetula y demarcando una línea de división equidistante que pasaba entre Burgos y el monasterio de Oña, donde el mismo Sancho el Mayor fue enterrado.

Este territorio, denominado, ahora por Sampiro, Cantabria, venía demarcado desde los visigodos y los merovingios en un espacio habitado por los vascos, espacio que los actuales estudios de arqueología efectuados en Elorrio, Aldaieta, Buzaga, cementerio franco de Pamplona, etcétera vienen a confirmar. Era un espacio geográfico propio de los vascos, coincidente con la extensión de su lengua, razón por la que el rey de este territorio podía denominarse rey de Pamplona o ser denominado señor de los vascos.

(artículo publicado el 27-01-03 en el diario Gara)


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