Cuatro Esquinas, Argentina. En la ciudad patagónica de Cipolletti, provincia de Río Negro, el paraje rural "Cuatro Esquinas" cuenta desde hace casi tres décadas con una capilla en honor a la Virgen gipuzkoana. Como en otros casos, su origen está unido al trabajo, la solidaridad y al aporte de los vascos y sus descendientes en aquellos lugares que los acogieron al llegar a Argentina. Integrantes de la Euskal Etxea ‘Baskos de las Confluencia’ han querido dar a conocer la historia de la Capilla y gentilmente han hecho llegar a EuskalKultura.eus la información correspondiente. Mila esker Eduardo Arkaute eta Pedro Arana Urionabarrenechea!
Refieren así que a principios de los 90 un grupo de vascos comenzó a reunirse para proyectar algunas iniciativas relacionadas con el Pueblo Vasco. Fue en esas circunstancias que la hermana Magdalena (religiosa de la Congregación de las Hijas de la Misericordia) propuso la idea de construir una capilla. La pequeña iglesia se levantó sobre terrenos donados por los hermanos Juan Carlos y Dorita Ibar y, dado que surgió de las reuniones de los vascos de la zona, se decidió de manera unánime que la capilla fuera dedicada a la Virgen de Arantzatzu.
[La imagen de la Virgen de Arantzazu que protege la Parroquia fue hecha traer por
los vascos de Cuatro Esquinas desde Oñati, donde se halla Arantzazu en Gipuzkoa]
Si bien la obra se finalizó en julio de 1993, no fue hasta el 2002 que el Padre Bengoetxea la bendijo. Y así como las imágenes de Cristo y la cruz exterior fueron obra del ebanista local Ángel Franco, la escultura de la Virgen de Arantzazu que destaca en el interior de la capilla fue enviada desde la localidad guipuzcoana de Oñati, gracias a la gestión de otro descendiente de vascos de la zona, Miguel Elosegui. Se le debe a Elosegui también el haber plantado un roble en al predio de la Parroquia.
Actualmente, la Capilla de Nuestra Señora de Arantzatzu se halla bajo la órbita del obispado, administrada por Hermanas de la Misericordia, y sus misas son oficiadas por el padre Eurípides el último domingo de cada mes. Vecinos y fieles de la zona asisten a la celebración, así como a la procesión de cada 8 de septiembre, día de la Virgen de Arantzazu.