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No es difícil adivinar por qué el reconocido futbolista argentino Rodolfo Arruabarrena es conocido como el ‘Vasco’. Pero la anécdota no queda en el apellido. El ‘Vasco’ nació en el seno de una familia que conserva una relación estrecha con sus orígenes y que supo trasmitirla de generación en generación. Arruabarrena por parte de padre y Haristeguy por vía materna, el ídolo ‘bostero’ habló con EuskalKultura.com desde Qatar, y nos contó sobre su actualidad y sobre la posibilidad, a futuro, de dirigir un club euskaldun.

Sabrina Otegui. Rodolfo Martín Arruabarrena nació en la localidad de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, a 60kms de la capital porteña. Tras una destacada carrera como futbolista profesional, en la que cosechó importantes títulos con el club argentino Boca Juniors y con el Villarreal, de la Liga Española; y tras conseguir con Boca, en calidad de entrenador, el Campeonato de Primera División 2015 y la Copa Argentina 2014-15, actualmente el Vasco se encuentra dirigiendo el Club Al Rayyan de Qatar.

La distancia no impide, no obstante, que mantenga contacto cotidiano con su familia en Marcos Paz, familia especialmente vinculada a la Euskal Etxea local Zuhaitzaren Herria (El pueblo de Árbol). La distancia tampoco fue obstáculo para que, con el eco aún reciente del Día de la Diáspora, el Vasco charlara unos instantes con EuskalKultura.com.

-Rodolfo Arruabarrena, no es difícil adivinar por qué te hiciste conocido como el ‘Vasco’…

Sí, el apodo vino como consecuencia del origen de mi apellido y porque mucha gente tenía dificultades para pronunciarlo. Por eso resultó más fácil llamarme ‘Vasco’. La familia de mi padre, Arruabarrena, era guipuzcoana. Quien emigró fue mi bisabuelo, que ‘cruzó el charco’ por motivos laborales, según nos contó nuestra abuela. No tenemos muchos datos más. Pero sí quisiera agregar que si bien en Argentina no lo usamos, mi segundo apellido es Haristeguy; la familia de mi madre también es vasca, de Iparralde.

-¿Y tuviste la posibilidad de conocer el País Vasco? ¿Tenés familiares actualmente allí?

Al haber estado ocho años jugando en la Liga Española, obviamente conozco e incluso he tenido muchos compañeros de allí. También he disfrutado de las comidas vascas y del clima que se vive en los estadios, sobre todo en San Mamés. He estado en el antiguo estadio, al nuevo aún no he ido pero me imagino que el ambiente debe ser igual.

Durante mis años en el Club Villarreal, recibí muchas cartas, banderas y otros regalos de quienes por el apellido y por el lugar en el que vivían, pensaban que podían ser familiares, tanto por parte de padre como por parte de madre. Pero lo cierto es que nunca tuve la posibilidad de contactar con ellos personalmente.

-En Argentina mantienen un contacto estrecho con la colectividad, tus padres participan en las actividades del Centro Vasco…

Sí, mi familia en Marcos Paz participa del almuerzo anual que realiza la colectividad y de la fiesta del inmigrante. En mi caso particular puedo decir que he trasmitido la cultura vasca a mis hijas, las dos mayores. Ellas deseaban saber sobre la historia de sus bisabuelos y abuelos, mostraron mucho interés. Con los dos más pequeños, la verdad es que fue distinto… ellos no mostraban el mismo interés, yo los veo ‘en otra cosa’ y nunca vinieron con inquietudes como lo hacían sus hermanas. Quizás sea un tema de tiempo.

-Volviendo al fútbol, en Argentina han brillado muchos futbolistas vascos, ¿hay alguno a quien hayas admirado?

No, no. Jamás he tenido admiración ni idolatría por alguien que no fuera mi padre. Eso no significa que no sepa que hay vascos importantes tanto en el fútbol, como en la literatura, la televisión, la política argentina… pero nunca tuve admiración por personas conocidas y famosas. Sí por mi padre que fue, es y será mi ídolo.

-Te gustaría vincularte laboralmente con algún club de Euskal Herria?

Entre los clubes vascos me gusta el Athletic de Bilbao, por su tradición en el fútbol, por su estilo y, en este último tiempo, por la participación en él de gente relacionada al fútbol argentino, gente con la que uno se siente identificado en sus ideas futbolísticas. Obviamente a cualquier entrenador le gustaría dirigir equipos vascos como el Athletic o la Real Sociedad, y nunca se sabe qué puede pasar en el futuro. Por mi parte, lo que debo hacer es seguir creciendo como entrenador, seguir aprendiendo, y si llega el momento, poder demostrar que estoy a la altura de esos dos grandes clubes.

-¿Cómo es tu actualidad en Qatar?

Aquí en Qatar estoy dirigiendo a Al Rayyan, y ahora estamos en plena temporada. Hemos comenzado ganando la Súper Copa (hacía tiempo que el club no ganaba una copa) y jugados los tres primeros partidos estamos cinco a dos del puntero. Estoy contento y tratando de adaptarme a la cultura de los jugadores de aquí; ya estuve dos años en Dubai, así que experiencia tengo. Me gusta la posibilidad de estar acá porque como entrenador me abre la cabeza y me hace conocer otra forma de vivir el fútbol. Siento que saca lo mejor de mí en cuanto a la docencia.

-¿Qué es lo que más extrañás de Argentina?

¿Lo que más extraño? La familia, por supuesto; de lo material, nada.