La conocida acordeonista vasco-norteamericana Mercedes Mendive, residente estos últimos años en Miami, en cuyas canchas de Jai-Alai trabajaba su marido, el pelotari Fernando Lejardi (Ziortza-Bolibar, 1973), retorna a su localidad natal de Elko, Nevada; Lejardi acaba de colgar la cesta, por lo que el matrimonio, junto a su hija Nekane, se traslada a Elko, donde Mercedes se ha puesto a disposición de la euskal etxea y toca ya cada domingo en los ensayos de sus dantzaris, con la idea de impartir clases de acordeón el curso que comenzará tras el verano.
Elko, EEUU. “Esta es mi aportación para que nuestro Club mejore”, escribió Mendive en el post que publicó en la página de Facebook del Elko Euzkaldunak Club. A partir de septiembre, iniciará clases gratuitas de acordeón para los miembros del Club de más de diez años que así lo deseen. “Sé que muchos querréis que vuestros hijos e hijas más pequeños aprendan, pero los niños pequeños tienen otro ritmo y eso ralentizaría el ritmo de la clase”, explicaba la instrumentista.
Mendive ha pasado el aviso con tiempo, de modo que las personas interesadas puedan disponer de margen para hacerse con un instrumento. “No recomiendo que compren uno antes de estar seguros de que es un instrumento al que se le va a querer dedicar tiempo”.
Una llamada a otras euskal etxeas
Mendive admite "sentir escalofríos” cada vez que escucha actuar a los estudiantes de trikitixa de Boise. Asegura que la música “es uno de los elementos más importantes de nuestra cultura y, si no la transmitimos, ya sea la triki, el acordeón o el pandero, corremos el riesgo de perderla”. A lo que agrega que no le gusta ir a un festival y que la música sea grabada. "Me gusta la música en directo, me gusta ver la música”, asevera. Es por ello que desearía que más centros vascos pudiesen enseñar a las nuevas generaciones estos instrumentos, tan esenciales en la cultura tradicional de Euskal Herria.
En nombre de Bernardo Yanci
El recientemente fallecido Bernardo Yanci fue el profesor y “mentor” de Mendive y ella, siente ahora que debe tomar el testigo y enseñar a los más jóvenes: “(Bernardo) No fue simplemente mi profesor, fue una gran influencia en mi vida. Sin el acordeón, mi universo sería completamente distinto. Es mi alegría, es mi vida, y él fue el gran responsable. Por eso ahora siento que es más importante que nunca que enseñe a los más jóvenes, porque si no lo hago yo, ¿quién lo hará?”.
La nativa de Elko habla con amor y pasión sobre su maestro y amigo y recuerda asimismo al gran Jim Jausoro: “Ambos tocaban de maravilla, con estilo y técnica, y eso es lo que debemos enseñar a la próxima generación. Me gustaría pasar ese conocimiento a mis estudiantes y, también, a mi hija”. A lo que agregó con humor: “Ella no tiene elección”.
*Los interesados en tomar clases de acordeón deben contactar con la Euskal Etxea de Elko: Vía Facebook o por medio de la página web.
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