Tandil, Argentina. El Árbol de Gernika es para muchos vascos y vascas su símbolo más entrañable y representativo, tanto en Euskal Herria como en la Diáspora, donde crecen retoños en muchos países y euskal etxeas. Así lo entendieron Santiago Benavidez y Marcos Castillón, miembros de la Comisión Directiva del Centro Vasco Gure Etxea de Tandil, quienes en 2017 comenzaron a dar forma al proyecto “Legatua eta Ondarea - Zuhaitz Ondoan” (“Legado y herencia - Cerca del Árbol”), un proyecto de forestación y parquización, partiendo de germinar y cultivar retoños del roble de Gernika.
Los planes se pusieron en marcha en marzo de 2019, cuando junto al también socio de la euskal etxea Sebastián Elissondo recolectaron bellotas del roble situado en la plaza frente al Centro Vasco. Tras el proceso y cuidados oportunos, los retoños resultantes estuvieron listos este año para ser trasplantados y pasados a tierra. Son un total de 150 ejemplares y el objetivo es distribuirlos y forestar.
Cultiva tu Árbol de Gernika
La operación pretende entregar los robles a personas o instituciones vinculadas de una u otra manera a la euskal etxea y que dispongan de lugar acorde donde cultivarlos para que cada uno pueda llegar a convertirse en un árbol adulto. Además han creado un registro para que quede recogido el nombre del propietario, ubicación y número de árbol para su posterior seguimiento.
El primer ejemplar se entregó a la Parroquia Nuestra Señora de Begoña de Tandil, y el segundo a la escuela rural de De La Canal, en su aniversario 125. Explica Marcos Castillón a Euskalkultura.eus que la idea no es limitarse a Tandil, sino distribuirlos entre miembros de la diáspora, Junín, el mercado de Liniers... a personas y grupos que deseen cultivarlos. Y hacer el seguimiento mediante geolocalización, armando una especie de árbol genealógico del Árbol y sus retoños.
'Bosque' en Tandil de robles hijos de Gernika
El proyecto tiene a largo plazo un objetivo más ambicioso: crear una “plaza vasca” en Tandil en la que crezca una treintena de retoños. Para ello están en conversaciones con la Municipalidad para que les ceda un predio. Sueñan con construir también un frontón y un mural del Gernika, pensando que ese lugar público se convertirá en un espacio de conexión para todos los tandilenses descendientes de vascos y de asueto para los ciudadanos en general.