Buenos Aires, Argentina. Sol, una adolescente porteña, encuentra un diario íntimo en la baulera de su casa. Es de su bisabuela vasca, llegada a Argentina en el comienzo de la posguerra, de la que desconocía casi todo... Hablamos de "Lo que cabe en una valija", el libro de la escritora argentina Andrea Braverman, presentado el pasado viernes 31 de mayo en Euskaltzaleak de Buenos Aires. A sala llena, Vik Arrieta, en representación de la Editorial Quipu, y la irakasle Sabrina Otegui sostuvieron con la autora un intercambio sobre la obra, que dio paso a las preguntas del público. Fue un encuentro en que no faltaron las historias, el canto y la emoción.
Recordando a Jon Luko
El evento comenzó con un breve y sentido homenaje al recientemente fallecido euskaltzale Jon Luco. Anabel Jaureguiberry, presidenta de Euskaltzaleak, leyó “Tribuaren hitzik zaharrenak ematen dizkizut” (Te doy las palabras más antiguas de la tribu), un poema escrito por el muy querido integrante de la institución porteña. Renzo Bustos bailó Agurra, cantado por Ana Etchepare, directora del coro de Euskaltzaleak, quien tuvo a cargo también el cierre de la actividad entonando “Lo hadi aingüria”, una nana del cancionero zuberotarra.
Lectura de “Tribuaren hitzik zaharrenak ematen dizkizut” (Te doy las palabras más antiguas de la tribu), poema de Jon Luco
Sabrina Otegui fue la encargada de brindar una reseña del curriculum de Andrea Braverman, escritora y guionista, y tras unas pocas palabras acerca del argumento, la autora leyó un primer fragmento del libro, el comienzo del diario íntimo escrito por Engracia, bisabuela de Sol, en su Bilbao natal en agosto de 1939. El encuentro de Sol con esta bisabuela del pasado, iluminará su presente y hasta ayudará a resolver conflictos familiares. “Quise contar las emociones, no los hechos. El diario dice lo que Engracia no puede decir”, explicó la escritora al público, que siguió sus palabras con gran interés.
Una obra recomendable
Según refiere la propia autora, tenía en mente trabajar una historia de inmigración. Para construir el personaje de Engracia recurrió a numerosos testimonios. El proyecto fue muy bien recibido por la Editorial Quipu, no del todo ajena a las circunstancias de la historia que el libro narra. El resultado, un relato fresco, de lectura ágil, que nos invita a bucear en nuestra propia historia. Tras dedicar y firmar varios ejemplares, la escritora y las representantes de Quipu compartieron pintxos y canciones vascas en una nueva noche reconfortante en la euskal etxea porteña.