euskalkultura.eus

diáspora y cultura vasca

Noticias rss

Presencia de varias parejas navarras en las sesiones del campeonato mundial de baile en silla de ruedas que se vienen celebrando en la localidad holandesa de Boxmeer (en Gara)

12/09/2005

PUBLICIDAD

N. M./Tutera, Nafarroa. El ascenso progresivo del nivel de las personas, tanto discapacitadas como no, que llevan ya varios años practicando esta modalidad deportiva y de baile en Euskal Herria les ha animado a participar en las dos últimas ediciones del campeonato mundial de la especialidad.

Tres parejas de la Asociación de Disminuídos Físicos de la Ribera Amimet ­Txaro Berzosa y Nines García; Javier Ojuel y Ana María Zubeldia; y Fátima Marqués y Luisa Bilbao­ repitieron participación a finales de marzo pasado en este certamen internacional que se viene celebrando en la localidad holandesa de Boxmeer, verdadera meca de la especialidad.
<
Hasta 17 países de Europa, Africa y Asia estuvieron representados en este concurso, donde se compite en dos diferentes modalidades: la denominada Combi ­uno en silla y otro de pie­ y la de Dúo ­ambos en silla de ruedas­, divididas, a su vez, en diversas categorías, como debutantes, amateurs, y selección (la de más alto nivel).

Dependiendo de la modalidad, los participantes deben ajustarse a la interpretación de unos tipos de bailes concretos y ya predeterminados. Así, en Combi se debe bailar el vals vienés, el vals inglés y la samba. Por su parte, en Dúo se danzan bailes latinos, cha-cha-chá, samba, pasodoble y rumba-bolero, en una primera jornada. Quienes se clasifican, interpretan en una posterior el vals vienés, vals inglés y quick-step.

De la delegación vasca, quienes más lejos llegaron en la competición fueron la pareja formada por Txaro Berzosa y Nines García. Tras superar la primera eliminatoria ­al igual que los otros dos duetos­ en la categoría de Dúo amateur, aquéllos llegaron hasta las semifinales, donde cayeron eliminados, lo que supuso para los navarros una cierta desilusión, pues esperaban alcanzar la final y la consecución de alguna medalla o diploma acreditativo.

«La verdad es que nos encontramos con un gran nivel competitivo, incluso excesivo, un aspecto que no nos gustó demasiado. De todos modos, la participación en este último mundial nos ha proporcionado una mayor soltura, nos hemos atrevido con algunas variantes, a pesar de los muchos nervios, y ello ha sido fruto del trabajo que llevamos desarrollando desde hace cuatro años», señala Txaro Berzosa, una de las semifinalistas.

Su compañera de dúo, Nines García, confirma este extremo, al asegurar que la experiencia vivida en Boxmeer les ha posibilitado tomar buena nota de «algunas técnicas que desconocíamos y que ahora podemos poner en práctica». Para ello, han grabado en video las diferentes coreografías interpretadas, algo que les servirá de base para continuar con su formación.

Horas y horas de ensayos

A diferencia de otras asociaciones europeas, Amimet no dispone de recursos económicos para costearse monitores que puedan impartir enseñanza de forma regular ­se iniciaron con Esther Amorós y con posterioridad han recibido un curso semanal por parte de unas profesoras holandesas­, por lo que deben centrarse en su propio autoaprendizaje.

Este método ­reconocen­ tiene sus lógicas deficiencias, «debido a que podemos estar días y días ensayando un paso de manera errónea sin que haya ningún profesor que nos lo corrija. La única posibilidad es que acabemos dándonos cuenta nosotros mismos del fallo», reconoce Javier Ojuel.

Todo ello lo tratan de suplir con horas de trabajo y ensayos, que se disparan hasta las nueve horas semanales, divididas en dos días, precisamente en aquellas fechas previas a la participación en un concurso del prestigio del campeonato mundial. «Estábamos tan centrados en nuestra tarea que acabamos soñando con los pasos de baile que ensayábamos», recuerda Berzosa.

El valor de la técnica

Y es que, contrariamente a lo que pudiera parecer a simple vista, la ejecución de los bailes en silla de ruedas no se deja a la improvisación, sino que se ciñe a una técnica muy concreta, cuyo nivel de ejecución determina la calidad de quien practica esta modalidad.

«Ni la silla de ruedas va a su libre albedrío ni la persona que baila de pie en la modalidad de Combi está tirando de su pareja o al revés. Hay un aprendizaje técnico de coordinación, en el que los pasos de baile están acomodados a la silla, debiendo existir una compenetración entre ambas personas», explica Berzosa.

Pero por encima del aspecto competitivo, para los bailarines de Amimet está el de romper barreras sociales ­el taller está abierto también a personas sin deficiencias físicas­ y las propias de una persona disminuida. «Se te pone la carne de gallina cuando ves en un campeonato mundial cómo hay participantes con sillas eléctricas y respiradores artificiales que apenas pueden mover la cabeza y cuya única comunicación artística es la mirada», reconoce Ojuel.


SATISFACCIÓN, A PESAR DEL MAYOR NIVEL COMPETITIVO

N. M./Tutera. Después de obtener una medalla y una mención de honor en los mundiales de 2001, las expectativas de los representantes de Amimet eran intentar mejorar esas marcas. Sin embargo, y aunque habían perfeccionado notablemente su nivel de baile, se encontraron con que otros países, dotados de mayores posibilidades, también habían avanzado exponencialmente en su calidad interpretativa.

«Bailamos muy bien para los medios con que contamos, pero es normal que el resto tengan un nivel muchísimo más alto que nosotros, porque ellos ensayan a diario con técnicos especializados y aquí practicamos basándonos en vídeos grabados de otras actuaciones y de lo que nos enseñaron unas profesoras holandesas durante una semana que estuvieron en Tudela», explica Ojuel.

(publicado el 12-09-2005 en Gara)


« anterior
siguiente »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia