Joseba Etxarri. Euskaldun nacida hace 58 años en Utah, hija de Jaime y Madalena (Zatica) Sangroniz, gernikarras de pro y testigos del bombardeo, Pilar Sangroniz Shortsleeve combina su labor diaria como criminalista Jefa Científica en la Oficina de Servicios Forenses de Utah con su actividad como dirigente e integrante del Utah Basque Club, la euskal etxea que, con sede en Salt Lake City, agrupa a tres generaciones de familias vascas en este estado norteamericano centro mundial del universo mormón.
Pasas de ser durante la semana la Gil Grissom de CSI a desempeñarte los fines de semana como referente dantzari y txistulari del grupo de baile vasco Utah-ko Triskalariak de Salt Lake.
-Las dos labores se complementan perfectamente. Ambas actividades son piezas muy relevantes en mi vida, que me han aportado y me han hecho lo que soy. Llevo 26 años en la profesión y toda una vida en el centro vasco y me siento orgullosa de ello.
Estás en posesión de la Medalla del Mérito Científico de Utah, que te otorgó el gobernador del Estado, y coordinas un departamento especializado formado por 40 científicos y técnicos. ¿Es de verdad esto del ADN y las huellas dactilares tal como lo pinta la televisión?
-Creo que podemos estar agradecidos a esas series porque han dado a conocer una labor y profesiones que hasta la fecha pasaban desapercibidas. Pero no hay que olvidar que lo que nos ofrece la televisión es una versión tamizada por Hollywood. La labor diaria, al menos en el caso de nuestro departamento, no se mete en lo policial, no salimos a hablar con los sospechosos. Nuestro trabajo sirve de apoyo científico y proporciona pruebas que, como especialistas, validamos, si es el caso, ante los tribunales. En la televisión todo encaja y se desarrolla rápidamente, cuando la realidad suele ser más complicada y los procesos llevan su tiempo.
Alguna vez hemos entrevistado a Denise Gaztambide, agente especial del FBI, nacida también en Salt Lake. ¿Has coincidido con ella en algún momento?
-Denise ha trabajado más bien en California. La conozco y es una buena amiga, pero profesionalmente nunca hemos coincidido.
¿Qué te dicen en casa de tu trabajo?
-Respetan mi dedicación. En este trabajo cada día es diferente, no hay lugar para la monotonía o el aburrimiento, siempre estás aprendiendo, todo evoluciona, las técnicas evolucionan y eso nos obliga a movernos y estar a la altura. Las pruebas nos hablan y nos cuentan sus historias y hemos de esforzarnos al máximo para estar en condiciones de entenderlas. Me gusta mi trabajo, pero estamos obligados a no comentar nada de lo que pasa por nuestras manos. En casa no hablamos de trabajo.
Esta misma semana, tu sobrina Cirbie (Sangroniz) Lee, coordinadora actual de los dantzaris vascos de Utah, reconocía en una entrevista en Hella Basque tu labor como faro vasco.
Los vascos formamos una gran familia en Utah. Es la labor de todos, del conjunto lo que importa y nos da consistencia. Es importante saber y recordar de dónde venimos, mantener nuestra cultura y costumbres. Nuestra identidad vasca nos acompaña, nos da fuerza y sentido de comunidad. Para mí es un privilegio ser partícipe de todo esto, ver que tenemos relevo y que la siguiente generación toma el testigo.