Pelota Vasca en Navarra

por Martín Ibarra, Presidente de Belate (asociación de 35 clubes navarros de pelota)

(artículo publicado el 17-04-2003 en Gara)

Haciendo una reflexión sobre la situación que se vive en la pelota vasca en Navarra desde hace tres años, a nadie se le escapa que esta situación se produjo por una serie de razones que han tenido unas consecuencias palpables y, lo que es más importante, van a marcar el futuro para los próximos años.

Las razones fundamentales que impulsaron a la división de la pelota han sido múltiples: el abandono por parte de la FNP de la participación en el GRAVN, la ruptura de las relaciones con la Federación de Euskadi y, sobre todo, la ruptura entre los clubes inscritos en la Federación. Todo esto provocó el bochornoso proceso electoral del año 2000, plagado de irregularidades e injusticias que, tras denuncias públicas de la mayoría de los clubes, fue suspendido y finalmente cerrado en falso 7 meses después, ya que había muchos intereses y presiones de todo tipo para la celebración del Mundial con unas exigencias determinadas.

Las consecuencias de este proceso han sido nefastas para la pelota vasca en Navarra: se confirmó la ruptura entre los clubes, de manera que en la asamblea de la FNP sólo está representada una minoría (9 clubes) que, por otro lado, en ciertos casos ha desarrollado una actividad prácticamente nula; se ha abandonado a la mayoría de los clubes, entre los cuales están las mejores canteras de manistas, privándoles de recursos, intentando entorpecer su actividad e incluso negando el reconocimiento de los mismos como clubes (es el caso del Aurrera de Leitza, campeón del año pasado en mano individual con Oinatz Bengoetxea, al cual la FNP no convoca ni reconoce como club).

Toda esta situación ha sido polarizada hasta el extremo por dos hechos opuestos. El primero, al cual nadie niega su valor positivo, es la agrupación de 35 clubes en Belate Elkartea, dando respuesta a las demandas de los clubes y aficionados no representados en la FNP, tanto a nivel de competición como de gestión, conformándose como una organización dinámica, en continuo crecimiento y sin ningún tipo de condicionantes más que los criterios deportivos de sus componentes.

El otro hecho, que el tiempo está mostrando como totalmente negativo, ha sido la irrupción, ya de por sí totalmente antidemocrática, y la gestión de la actual directiva de la FNP. Esta gestión se está caracterizando por estar condicionada, encorsetada y supeditada a los intereses de quienes les colocaron en dichos cargos. Así, esta directiva está mostrando su verdadera cara: han encontrado en la FNP un medio para vivir y utilizar la Pelota Vasca para objetivos de toda índole que no tienen nada que ver con este deporte.

Pero lo realmente grave es que esta directiva, en vez de tender puentes para solucionar una situación heredada con muchos defectos e injusticias, ha alimentado esta polarización con el único objetivo de seguir en los puestos que ocupan actualmente por encima de las claras necesidades y reiteradas demandas del mundo pelotazale.

Incumplidas y olvidadas han quedado las promesas de Pozueta de cambio respecto a la directiva y funcionamiento anteriores, así como su afirmación de que «esta Federación si no es de todos, no vale», ya que está dejando pasar la oportunidad de arreglar esta grave y dolorosa situación que no hace más que perjudicar a los clubes y pelotaris que son a quien se les debe un servicio.

Ha quedado demostrado que la capacidad de esta directiva es limitada y sus resultados no hacen más que confirmar un fracaso anunciado, no respondiendo a las demandas deportivas y agudizando aún más en la división que existía previamente. No obstante, el año que viene hay nuevas elecciones a la FNP y ésta puede y debe ser la oportunidad para solucionar y plantear un futuro participativo, igualitario y equitativo para todos los estamentos federativos.

Esta oportunidad pasa por enfocar todos los esfuerzos de todas las partes hacia el que debe ser el objetivo común de todos, que no es otro que la reunificación de la Pelota Vaca en Navarra. Para conseguir este objetivo el instrumento principal es el reglamento electoral a definir próximamente en la FNP. Esta es la piedra angular de la construcción de una FNP que pretenda gestionar nuestro deporte solamente respondiendo a objetivos deportivos emanados de sus componentes, es decir, de los clubes, pelotaris, jueces y técnicos.

Dado que la inmensa mayoría de clubes y pelotaris no está representada en dicha asamblea, desde Belate Elkartea planteamos la superación de este conflicto mediante el establecimiento de una comisión abierta a clubes, pelotaris, técnicos y jueces que recoja, analice y proponga un nuevo reglamento electoral en el cual se puedan recoger las aportaciones de todos componentes inscritos en la FNP.

Desde Belate Elkartea se plantea e insta a todos los afectados y en especial a los responsables de clubes, a que hagan una apuesta valiente por esta reunificación con la seguridad de que dejando atrás el pasado, el próximo proceso electoral supone una oportunidad que por principios no se puede despreciar y que, como todo el mundo intuye, traerá beneficios para todos.

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