Olga Aurtenechea de Solanés, trazos y pinceladas vascas que dibujan a una activa mujer y artista arrecifeña

Olga Aurtenechea es una persona activa. Fue maestra en escuelas primarias, presidenta de la Asociación Amigos del Museo y Archivo Histórico de Arrecifes, impulsora dentro de éste, del Museo de Arte, y vicepresidenta del Centro Vasco Euskaldunak Denak Bat de Arrecifes. Entre sus múltiples actividades, la pintura ha tenido siempre un lugar fundamental para esta artista arrecifeña que expone frecuentemente en importantes salas de la Provincia de Buenos Aires.

Sabrina Otegui/Arrecifes, Argentina. Olga Aurtenechea nació en el partido de Arrecifes en el año 1933. Su padre, Anastasio Aurtenechea, oriundo de Gernika, participó durante cuatro años en la guerra de Cuba, y al ser dado de baja pero ante el temor de que volvieran a llamarlo, decidió en 1899 venir a América a iniciar una nueva vida. Fue en Argentina donde Anastasio conoció a María Ana Haritshandy, quien luego se convertiría en su esposa, y que había llegado a estas tierras del sur junto a sus padres y un hermano, dejando atrás su pueblo natal, la localidad bajonavarra de Garrüze.

El matrimonio Aurtenechea-Haritshandy tuvo 10 hijos, de los cuales, Olga, la menor, recuerda aún que sus hermanas mayores comenzaron la escuela primaria sin saber castellano y que cuando sus padres discutían por algún motivo, los hijos menores no se enteraban porque lo hacían en euskera. Cuando se le pregunta a Olga qué otro recuerdo tiene de esa época, no tarda en responder que su abuela paterna murió en el 37 durante el bombardeo a Gernika.

Ligada familiarmente a la tragedia de Gernika

Acá se enteraron luego de seis meses, relata Olga, y en casa nos pusieron luto a todos. Seguramente, éste es un recuerdo que retorna cada año al conmemorarse un nuevo aniversario del suceso. Pero fue sin duda un año especial para la familia Aurtenechea, ya que una prima hermana de Olga, Asun Garmendia Aurtenechea, que reside actualmente en Gernika, fue invitada a Alemania para participar en los homenajes, como testigo del Bombardeo.

Así como se unen el pasado y el presente a partir de los recuerdos, Olga los ha unido numerosas veces en sus cuadros. Si bien desde pequeña sintió un gran interés por las Artes Plásticas, comenzó a pintar a los 18 años, terminado el magisterio. Tras pasar por distintos talleres, como el que funcionaba en el colegio Santa Teresita, que dependía de la academia Pesini de Buenos Aires, o el que llevaban adelante también en Arrecifes los hermanos Luis y Alicia Elizalde, llegó finalmente hasta la artista y profesora Francisca Ramos de los Reyes, quien le enseñara expresar en sus cuadros los conceptos y sentimientos que tenía en su interior.

Trabajos pictóricos, algunos de temática vasca

En varios de sus trabajos aparece la temática vasca. En Nostalgia se pueden ver elementos que el padre utilizaba en el tambo, por ejemplo, el tarro de leche o las hormas de queso. En esta obra incluí cosas que yo viví, explica Aurtenechea. Mi padre tenía tambo, así que ordeñaba, hacía quesos, manteca, y todos los derivados de la leche. Esas cosas que yo viví aparecen en el cuadro. En otra de sus pinturas, que pertenece a una serie sobre casas de Arrecifes, Aurtenechea recrea la que fuera quizás la primera tahona del pueblo, que pertenecía también a un vasco, Ochoa, y que según registros de la época estaba en funcionamiento desde antes de 1840.

En la actualidad, Aurtenechea expone con bastante frecuencia y ha recibido diferentes premios y distinciones. Sus cuadros han estado en reconocidas salas, entre otras en la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en el teatro San Martín y en la legislatura de La Plata. Su última exposición, en el Bar Plaza de Arrecifes, fue visitada por una gran cantidad de público de la ciudad y de afuera.

En volanta a la fiesta vasca de San Ignacio

La participación de Olga en el Euskaldunak Denak Bat --la euskal etxea arrecifeña-- se remonta a sus primeros años, cuando iba con su familia desde el campo a la fiesta de San Ignacio. Íbamos en la volanta (carreta tirada por caballos) desde la mañana, a la misa de los vascos, luego a la romería, al almuerzo y nos quedábamos toda la tarde, relata Olga.

Con el paso de los años, Aurtenechea acompañó en el cargo de vicepresidenta a Alicia Azarola, la primera mujer presidenta en un Centro Vasco del país. Esta fue una época importante para la euskal etxea arrecifeña ya que este grupo de mujeres volvió a poner en marcha un centro que estaba muy quieto por ese entonces. Fue así como a finales de los ochenta se creó el coro, se comenzó con las clases de euskera y se reorganizó el cuerpo de baile. Fue una época difícil, cuenta Olga a EuskalKultura.com, guardándose para ella más de una 'anécdota'. Había que lograr que tuvieran confianza en que una iba a hacer las cosas bien, con honestidad y respeto por lo que se había hecho hasta ese momento.

Hijo, nuera y nietos que siguen la senda

Si bien la labor de Olga continúa hoy en día, reconoce que es bueno comenzar a dejar espacio a las generaciones que vienen. En su caso, ella ve el trabajo de los más jóvenes muy cerca. Su hijo, César Solanés Aurtenechea, ha trabajado y trabaja incansablemente en las actividades del Centro, está en la actual Comisión Directiva y participó del programa Gaztemundu; su nuera, Mariana Dominé Irigoyen, recientemente reconocida con el premio EuskoCantat, fue con sólo 33 años, la presidenta más joven de la institución durante el período 2000-2004; y la nueva savia, sus nietos Pedro y Alba, bailan en el grupo de txikis.

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