Músicos de la Orquesta de Euskadi ofrecieron una clase magistral a niños de la favela de Heliópolis, en Sao Paulo

La gira que está realizando la Orquesta Sinfónica de Euskadi por Brasil está resultando muy intensa, tanto por la buena acogida de sus conciertos como por la posibilidad de conocer de cerca al pueblo brasileño. Este mismo miércoles miembros de la orquesta visitaron la favela paulista de Heliópolis, donde impartieron una master-class a alumnos del Instituto de música Baccarelli. Los cinco profesores vascos comprobaron con gran emoción el poder de la música como arma contra la marginación. Reproducimos a continuación el relato que nos llega de la propia orquesta.

Sólo a media hora del hotel se encuentra la favela más grande de la ciudad de Sao Paulo, en la que habitan 120.000 paulistas en las más bajas condiciones sociales. En la curva que da entrada a esta zona un cartel de tráfico pone nombre a la zona, Lágrimas. Llegamos a la antigua fábrica de zumos del barrio, hoy reconvertida en el Instituto Baccarelli, y todo el equipo de la Orquesta de Euskadi que nos desplazamos, encabezado por la Consejera de Cultura y Presidenta de la Orquesta, Miren Azkarate, somos recibidos por su Vicepresidente, Edilson Venturelli. No serán músicos profesionales, dice Venturelli, pero a través de la música se harán más sensibles y mejores personas, fuera de su condición marginal y sin armas. Con él damos inicio a una visita por el Instituto que desde el primer momento nos atrapa en el proyecto.

Podemos ser lo que queramos cantan los niños del coro que aguardan nuestro paso para iniciar una coreografía, y pedir al mismo tiempo nuestra colaboración en el canto. Sólo llevan seis meses cantando y el coro lo componen niños de todas las edades. Un poco más adelante nos espera la Orquesta Sinfónica de Heliópolis y su director asistente, el propio Edilson Venturelli, toma la batuta para dirigir la Obertura de la ópera Los Maestros Cantores de Nuremberg. Aunque en su mayoría está formada por jóvenes de Heliópolis, esta orquesta cuenta también con intérpretes de diferentes regiones del país, desde el Amazonas hasta Florianópolis. La diversidad cultural de estos componentes que comparten su actividad con la comunidad más pobre para hacer únicamente música constituye la verdadera razón social de esta orquesta.

[En la imagen superior el grupo de niños del Instituto Baccarelli, durante la clase impartida por los cinco músicos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi (foto OSE)]

Patrocinio de Zubin Mehta

Hechas las presentaciones, comienzan las master-classes que los músicos de la Orquesta de Euskadi Pascal Arnaud, Bruno Claverie, Juan Navarro, Andrezj Bak y Miguel Etxepare ofrecerán durante la mañana a los 28 alumnos activos y más de 50 oyentes en total. Hay muchas historias sobrecogedoras entre los alumnos: niños que vienen al Instituto argumentando su dolor de estómago con un hoy creo que voy a comer; jóvenes que reciben por tocar en la Orquesta un salario de 500/700 reales (poco más de 200 euros) y que, unido a algunas actuaciones en bodas o fiestas, llevan a casa el sustento familiar; también quien trae a su pequeño hijo a iniciarse con algún instrumento en un centro en el que además su jovencísima madre ha encontrado un nuevo amor. Son historias que el Instituto reconvierte a través de la música en grandes dosis de esperanza y de ilusión.

Pese a los escasos 10 años desde su puesta en marcha, la inteligencia con la que se viene gestionando este proyecto ha dado ya frutos seguramente impensables en los comienzos, como la participación de algún alumno en master-classes con la Filarmónica de Viena de la mano de Essenbach o en Israel, con Zubin Mehta, hoy patrono del Instituto.

Master-class en Heliópolis

Las master-classes tuvieron lugar en medio de la favela de Heliópolis y estuvieron dirigidas por cinco músicos de la Orquesta de Euskadi. A lo largo de la mañana trabajaron con sus alumnos aspectos como la forma de coger aire, de dirigir el arco más lento o más rápido, de dar más peso a las notas y de disfrutar con ellas, e incluso de bailar pegados para transmitir el ritmo y sacarse los nervios. Los profesores de la Orquesta confesaron no haber tenido muy claro con qué se iban a encontrar y de qué manera iban a desarrollar sus clases. Pero al término de ellas estaban visiblemente emocionados.

Destacaron la enorme sensibilidad de sus alumnos, su capacidad de reacción y de recibir las directrices y, sobre todo, el gran nivel musical de todos ellos, a pesar de tener que compartir entre 30 alumnos tres clarinetes y 5 trompetas entre 28 de los alumnos de este instrumento. Conscientes del alto coste que tienen, algunos músicos de la Orquesta de Euskadi quisieron entregar a sus alumnos unas cañas de clarinete que los niños recogieron con gran ilusión.

Un visionario en Heliópolis

Detrás de este grandísimo proyecto se encuentra la entrega y el entusiasmo de un visionario que eligió la música como arma y lenguaje universal para sacar a los pobres de su situación social: el Maestro Baccarelli. Fue sacerdote y dejó su misión religiosa para dedicarse a esta otra misión y defender con total convicción y entrega la necesidad de convertir la música en única arma de inserción social y de entendimiento entre la Humanidad. En lugar de llevar ejércitos Bush tenía que haber llevado cada mes a Irak una orquesta, de las muchas americanas que existen, para solucionar el conflicto. Con música no hay guerras.

Terminadas las clases, el Maestro Baccarelli y el vicepresidente Edilson Venturelli agradecieron la disposición de los profesores de la Orquesta a participar en este proyecto. Y un autobús devolvió a todo el equipo nuevamente al hotel, en silencio, pensando en todo lo que aquellos niños llenos de esperanza nos habían enseñado en pocas horas. Y la Orquesta se fue, leyendo nuevamente el cartel de Lágrimas, de emoción

Enlaces relacionados

Orquesta Sinfónica de Euskadi (EOS)
www.euskadikoorkestra.es

La Orquesta Sinfónica de Euskadi de gira por Argentina y Brasil
Publicado en EuskalKultura.com el 30 de agosto de 2007

euskalkultura.eus

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