diáspora y cultura vasca
08/11/2010
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Donostia-San Sebastián. Balenciaga se presentó en París en 1937 y a los pocos meses presentó su primera colección, que resultó un éxito absoluto. Pocas veces se había dado una aceptación tan rápida y unánime en la capital mundial de la moda, pero Miren Arzalluz tiene una explicación: para cuando dió el salto a París Balenciaga ya era un diseñador maduro, tanto en su faceta creativa como en la empresarial.
"Me parecía muy extraño que no hubiera apenas datos sobre su época de formación", explica Arzalluz a EuskalKultura.com. "Muchos relacionan el nombre de Balenciaga directamente con París. Pero para cuando llegó a París ya había hecho los deberes: era un profesional maduro, y yo sentía que faltaba una investigación en profundidad de esos 42 años anteriores".
Miren Arzallus es autora del libro 'Cristóbal Balenciaga, la forja del Maestro (1895-1936)', en el que arroja luz sobre esos años, desde que comenzó en Getaria ayudando a su madre y hasta su llegada triunfal a París. La obra ha sido editada por la editorial Nerea, en colaboración con la Diputación Foral de Gipuzkoa, en tres versiones: euskera, castellano y francés. En los próximos meses podría publicarse también una edición inglesa. "El Museo Victoria & Albert de Londres ha mostrado interés por publicarlo", avanza la autora. El Victoria & Albert es uno de los museos referenciales en el mundo de la moda, por lo que esta edición podría asegurar una buena difusión internacional de la obra.
Aristocracia en Gipuzkoa
Balenciaga nació en 1895 en Getaria. Era hijo de una modista, con la que dió los primeros pasos en el oficio. "La Getaria de entonces era muy diferente. La aristocracia se reunía en torno a Donostia y en Getaria, por ejemplo, vivía la marquesa de Casa Torres, para la que trabajaba la madre de Balenciaga. Por medio de esta familia Balenciaga entró en contacto con un mundo de refinamiento y con la alta costura", explica Arzalluz. "Él mismo contaba una anécdota según la cual siendo un niño le aseguró a la marquesa que sería capaz de copiar uno de sus vestidos". La marquesa aceptó la apuesta y poco después el pequeño Balenciaga le presentó una copia exacta del modelo. Desde ese momento la marquesa se convirtió en su protectora.
Balenciaga solo tenía 22 años cuando inauguró su primera tienda en Donostia. Su faceta como empresario resulta brillante y en los años siguientes abrió otras tiendas, distintas líneas con las que llegar a un público diversificado: Balenciaga, la casa de alta costura; Eisa, la segunda línea... En 1933 abrió tienda en Madrid y en 1935 en Barcelona. "Él siempre decía que estas últimas eran sucursales, y que la casa principal era la de Donostia", asegura Arzalluz.
Aunque trabajara desde Donostia, Balenciaga siempre tuvo la vista puesta en París, a donde viajaba a menudo para ver las últimas colecciones y aprender de los maestros de la capital francesa. "La guerra civil lo convenció de que era el momento de dar el salto a París. Ya con la República había perdido muchos clientes, al exiliarse los reyes y la corte de aristócratas que los seguían en sus veraneos donostiarras", explica la autora.Discreto y coherente
Su triunfo en París fue inmediato, pero Balenciaga siempre se mantuvo alejado del brillo del mundo de la moda y fue un hombre discreto al que no le gustaba hablar de sí mismo. La discreción fue la tónica de su larga relación con el ruso Wladzio Jaworowski, con el que convivió en París. "Wladzio tuvo una gran influencia en él. Provenía de una familia aristocrática y tenía conexiones en el mundo de la moda. Balenciaga lo conoció en uno de sus viajes a París y Wladzio llegó a instalarse en Donostia, donde le ayudó en la creación y expansión de sus tiendas de moda", comenta Arzalluz.
"Algunos llegan a asegurar que la discreción de la que hizo gala toda su vida era una estrategia de marketing para aumentar su misterio. Pero yo tengo claro que no es más que una consecuencia de su carácter, una demostración de su coherencia", argumenta. "Prefería que sus creaciones hablaran por él. Algunos creadores como Dior querían sorprender, revolucionar el mundo de la moda con cada colección. Balenciaga en cambio prefirió realizar una revolución silenciosa, depurando sus creaciones con cada colección".
Vigencia hoy en día
Esa coherencia personal le ganó el respeto de los grandes, explica Arzalluz: "Por algo le llamaban el maestro de maestros". El interés por su figura y su obra se mantiene muy vivo hoy en día: la exposición sobre Balenciaga que realizó este año el Museo de Bellas Artes de Bilbao recibió 84.000 visitantes en cuatro meses y ha pasado a ser una de las más exitosas del museo en esta década. "Esa respuesta deja clara la vigencia de Balenciaga", señala Arzalluz. "Algunas de sus contribuciones siguen ahí: las líneas depuradas, nuevas técnicas que importó de la sastrería... Su influencia se sigue sintiendo en la moda de hoy en dia, algo que sólo ocurre con otros grandes, como Chanel y Vionnet", concluye.
-El libro 'Cristóbal Balenciaga, la forja del maestro' puede adquirirse en la web de la editorial Nerea, aquí.
Hola amigos, os escribo desde Ayacucho (Bs.As), Argentina. He leído en vuestra página la nota sobre la presentación del libro sobre Balenciaga, y aprovecho la oportunidad para haceros un pedido. Cuando investigué mis raíces Lizaso (paternas) llegué a descubrir que una de las hermanas de mi abuelo- María Lizaso casada con Altuna, que vivía en San Sebastián, tuvo varías hijas, una de las cuales trabajó con Balenciaga en su tienda "Los Madrazo" o algo parecido en Madrid, según me contaran una primas que tuvieron contacto en su viaje, por la década del 40. Como en mi viaje posterior: 1999, solo me pude contactar con llos Lizaso de Amasa, lugar natal de María, me gustaría saber si su nombre figura el algnalgún texto de dicho libro, y así quizás pueda llegar a descubrir algunos primos segundos en San Sebastián, dado que una anciana tía, prima hermana de mi padre-, Saturnina Lizaso de Azpiroz, me contó que su madre la llevaba en su niñez a visitar a su tía y primas de San Sebastíán. Aún hoy quedan en mi poder numerosas fotos enviadas por María y sus cuatro hijas a su hermana y sobrinos de Argentina. Por lo pienso que quizás podais ayudarme en mi investigación para llegar a descubrir esa rama familiar que aún me resta completar. Sín más, les saluda afectuosamente Manuela
Manuela Aniz de
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