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Buenos Aires, Argentina. Vive desde joven inmerso en el mundo de la Diáspora Vasca, pero no sólo como observador. Mikel Ezkerro ha estudiado y profundizado en los hechos, sus causas y sus consecuencias. Y además de estudiar ha sido parte y ha acompañado a muchas instituciones vasco-argentinas en su desarrollo. Puede presumir de haber visitadoy conocer in situ más del noventa por ciento de los centros vascos del casi centenar con que cuenta el país, impartiendo en ellos charlas sobre historia y cultura de Euskal Herria. Le preguntamos por su mirada de la Argentina vasca de principios de 2013. 

-¿Por qué cree que es interesante estudiar o conocer la historia del País Vasco? 

-En mi opinión, todo pueblo que no conoce su Historia no puede entender su presente ni proyectar su futuro. Cuando como en el caso del Pueblo Vasco se le vienen inculcando dos historias que no son la propia, la necesidad de conocer su Historia se convierte en indiscutible. Yo he defendido desde siempre en la comunidad argentino-vasca la necesidad de sumar al sentimiento de identidad vasca, un conocimiento, al menos básico, de materias como la geografía y la historia.

Personalmente considero las euskal etxeak como las herramientas más idóneas para vivir, conocer y transmitir la cultura vasca en nuestra patria argentina. Añado algo más: el hecho de que el euskera, elemento definidor por excelencia de Euskal Herria, se enseñe en un número felizmente en aumento de centros da razón a esa existencia.

-Como testigo del nacimiento y desarrollo de muchos centros vascos, ¿qué cambios nota en estas instituciones en las últimas décadas? 

Apunto algunos datos:

-La presencia hoy día de personas nacidas en Euskal Herria es muy minoritaria y en muchos de ellos hasta inexistente. El cuerpo societario está conformado ya por una inmensa mayoría de personas nacidas aquí, de argentinas y argentinos de ascendencia vasca, tanto de Iparralde como de Hegoalde: hijos, nietos --la mayoría-- y biznietos.

-La importancia dada al euskera se ha acrecentado, tanto en centros vascos de antigua y mediana data como en los más recientes. Considero este dato un hecho importantísimo tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. 

-La presencia de la mujer ha adquirido felizmente un nivel de primer orden en el cuerpo social, en las comisiones directivas y en forma indiscutible en el terreno de la acción cultural, en especial en las euskal etxeak creadas de 1983 en adelante. 

-Otro tema que merece ser analizado en profundidad es el nivel de presencia de juventud en los centros vascos, donde se perciben niveles muy diversos. También su asunción de responsabilidades directivas, que felizmente se ha dado en algunas instituciones y que sería de desear que se expandiese a otras. Considero muy positiva la importancia dada en un buen número de centros a la creación y mantenimiento de grupos de txikis, cuestión que debe ser motivo de preocupación prioritaria para la dirigencia.

-Veo en extremo positiva la interrelación e integración del centro vasco con la comunidad donde está asentado, participando de su problemática y dando a conocer la identidad vasca como cultura y como nación. 

-En varias ciudades han sucedido escisiones dentro de las euskal etxeas, generando como resultado nuevas entidades. ¿Es algo positivo, porque ofrece más alternativas? ¿Es negativo, porque divide fuerzas? ¿Habría que evitarlo?

-Creo que no cabe duda de que toda escisión es dolorosa y provoca secuelas. Antes de que se produzca, será necesario entre las partes la existencia de un diálogo y un proceder correcto. Si se llega a producir, a veces el tiempo opera a favor de reencuentros, hay ejemplos al respecto. De todos modos y siempre que haya un respeto mutuo entre las partes encontradas no cabe sino aceptar la realidad. Reitero que como en los demás órdenes de la vida, el diálogo y el respeto mutuo se imponen para tratar de evitar hechos de esta naturaleza.

-¿Cuál es el aporte de las euskal etxeas? ¿Qué puede aportar la Diáspora Vasca de Argentina a Euskal Herria y a Argentina?

-La Diáspora Vasca --y hablo como un modesto integrante más de la existente en Argentina-- ha realizado mucho en el pasado, baste mencionar iniciativas como el Comité Pro Inmigración. Hoy, aporta la presencia de un número de mujeres y hombres, argentinas y argentinos, que desde su condición irrenunciable de tal hecho, viven, afirman y difunden desde Argentina la vigencia de la identidad cultural y nacional de una nación y una cultura. Esta realidad es transmitida a sus hijas e hijos también argentinos, para sostener de esta manera una cultura que tiene idéntico derecho a todas las demás del mundo a su existencia y desarrollo. La Diáspora Vasca además aporta su apoyo al derecho del Pueblo Vasco a decidir libremente en paz, libertad y justicia su destino como nación. 

En cuanto a su aporte a Argentina, lo definiría con este pensamiento del estadista Juan Bautista Alberdi: “Dar a conocer la existencia de nuestros padres es dar a conocer la mitad de lo que somos”. Es decir que la Diáspora Vasca reafirma con su práctica diaria nuestra condición de argentinas y argentinos, miembros de una nación conformada por numerosos pueblos y culturas.

En 1905, el expresidente Dr. Carlos Pellegrini escribía que en la sociedad argentina del porvenir se reconocería al tronco ‘euskaro’ no solamente por sus apellidos, sino también y sobre todo por las sólidas cualidades del noble Pueblo Vasco. A más de un siglo de estas palabras diremos que esas cualidades heredadas de nuestros mayores, y que debemos practicar, son la honestidad, la laboriosidad, el cumplimiento de la palabra, la solidaridad social, y el amor a la libertad, libertad para Argentina, para Euskal Herria y para todos los pueblos y culturas del mundo.