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México DF, México. Recién elegido nuevo presidente de la Euskal Etxea de México, un centro vasco centenario, Miguel Larregui se enfrenta al reto de formar un nuevo equipo directivo que continúe con la lóngeva trayectoria de la entidad. 'Somos una directiva muy joven, me atrevo a decir que la más joven, y queremos que el Euskal Etxea cumpla otros cien años; queremos que la gente de todas las edades esté presente, desde los txikis hasta los aitatxis, pasando por los jóvenes y ya no tan jóvenes', adelanta.

-¿Qué te llevó a presentarte a este cargo?

Pues tuve la oportunidad de formar parte de la mesa directiva anterior como Vicelehendakari, y lo que más me instó a presentarme es el gran cariño que le tengo al Euskal Etxea, ya que en mi caso sí ha sido una casa. Cuando llegue a vivir a la Ciudad de México pasaba mucho tiempo ahí con la cuadrilla, cocinando los martes, jugando al mus o a pelota, o simplemente como punto de reunión, y al estar fuera de casa --yo soy de Toluca, Estado de México, a una hora más o menos del DF-- este lugar se convertía en el punto en donde te reúnes con tu gente alrededor de una mesa, lo que al final los hace tu familia.

-¿Quiénes conformáis el nuevo equipo directivo de la Euskal Etxea de México DF?

De momento la nueva Directiva aún no está del todo formada, ya que en la asamblea del pasado domingo se me dio el voto de confianza para conformarla hasta antes del próximo 7 de febrero, que será el día en que tomaremos el cargo.

-Se abre una nueva etapa, ¿qué proyectos os gustaría llevar a cabo?

En primer lugar queremos ser una directiva con mucha comunicación. Que los socios estén enterados de qué es lo que ocurre dentro del Euskal Etxea para que así formen parte de su vida diaria. Otro punto importante es el cultural, queremos que se esparza la cultura vasca, que se den a conocer nuestras tradiciones, pues es la única forma de no perderlas. Continuar con las clases de Euskera que actualmente se imparten y que se impartan más clases: dantza, pelota, cocina, cosas así.

Otro punto sumamente importante es el económico. La directiva anterior se enfrentó a una crisis económica terrible, y gracias al enorme trabajo realizado por sus miembros, encabezados por Gotzon Uribe, logró sacar adelante este problema, dejándonos una situación, si no fácil, sí más tranquila que la que enfrentamos hace un año.

Y por último, tenemos la idea de involucrar a diversos sectores de la colectividad vasca en México en el desarrollo del Euskal Etxea, mediante la organización de diversos comités específicos para cada sector, a fin de que se integren con nosotros.

-¿Qué aspectos de la Euskal Etxea crees que urge mejorar? ¿Cuáles son sus puntos fuertes?

Creo que los puntos a mejorar serían en primer lugar lograr mayor comunicación con los socios, pues como ya mencioné anteriormente queremos que los socios se integren y que vengan con sus hijos, nietos, amigos, y que vivan este lugar, que formen parte de él. Tenemos un problema que es la brecha generacional que existe entre los socios, es por ello que queremos atraer a todos aquellos jóvenes, o jóvenes adultos, ya que son ellos quienes el día de mañana tendrán que manejar esto.

En lo económico, como mencioné anteriormente la directiva anterior tuvo muchos problemas en este aspecto, los cuales logró solventar. Esta nueva directiva tratará de continuar con el modelo administrativo de la anterior, que ya se vio que funciona, pues se bajaron gastos de una manera muy considerable, y la intención es que al dejar nosotros la dirección el Euskal Etxea tenga una situación económica mejor a la actual.

Respecto a los puntos fuertes, ya mencioné la cuestión administrativa, que si bien recibió algunas críticas, funcionó. Pero creo que el punto mas importante son nuestros socios, que están dispuestos a apoyar en todo momento y que han logrado que nuestro Euskal Etxea haya cumplido ya cien años.

-Recientemente se ha cerrado el restaurante del centro, ¿cómo afectará eso a la vida social de la Euskal Etxea?

Está claro que el cierre del Restaurante Loyola puede llegar a repercutir en la vida social del Euskal Etxea -- también en la personal, yo solía comer ahí seguido-- pero son etapas, anteriormente ya ha habido cambios en el restaurante, y hemos salido adelante. Me parece que la nueva opción que se tendrá puede ser de mucha utilidad al Euskal Etxea. Yo creo que saldremos bien librados.

-¿El centro vasco colaborará con otros grupos vascos de México (Vascosmexico, Vascos de Celaya, Cancún...) o del exterior (federacion de centros de NABO, Argentina, etc)?

Definitivamente sí, lo que queremos es integrar, no excluir. A nivel nacional conozco a algunos socios de Celaya con los que en su momento ya trataremos de hacer cosas de manera conjunta, al igual que con los de Cancún. Respecto a Vascomexico, también trataremos de hacer algo, pues es una plataforma muy importante de comunicación dentro de la colectividad vasca en México y en el exterior.

En cuanto al exterior es algo que también tenemos contemplado, en lo personal tengo muy buena relación con miembros de otros Euskal Etxeas, como por ejemplo San Francisco, Bakersfield y Boise, y en NABO está mi muy querido amigo Xabier Berrueta, con quien seguro algo haremos.

-En cuanto a ti, háblanos de tu herencia vasca: ¿De dónde es tu familia? ¿Cómo llegaron a México? ¿Cuál es tu relación con la Euskal Etxea de DF?

Como ya dije yo soy de Toluca, Estado de México, a una hora más o menos de la ciudad de México. Mi aitatxi (abuelo), Fermín Larregui Carricaburu, nació en Elbetea, en el Valle de Baztan, y mi amatxi (abuela), Manuela Solar Fernández, nació en San Esteban, en el Valle de Karrantza.

Vinieron como la gran mayoría de la gente en ese tiempo, en busca de una mejor calidad de vida.

Mi padre Miguel Larregui Solar nació en México, y mi madre Maria Teresa Hernández Trevilla es mexicana también. En casa mi padre siempre me inculcó el amor a la cultura vasca, impulsado mucho por mi madre, a quien le gusta mucho. También tuve mucha influencia de mi tío Patxi Mariezcurrena, quien también me inculcó el cariño a las tradiciones, y de mi tío Juanjo Arrieta, quien a la fecha sigue haciéndolo.

Viví dos años en Iruña, en donde estuve estudiando un Master, y pues aprovechaba para conocer lo más posible. Puedo decir que estuve en la gran mayoría de las fiestas típicas de Euskal Herria, en donde hice grandes amigos con los que actualmente sigo en contacto y con algunos de ellos algo interesante trataremos de hacer en este año de Directiva.