Maddi Irigoyen: 'En una época hubo tantos vascos de Hegoalde como de Iparralde en el grupo Gernika de París'

Nacida en Baiona en 1946, Maddi Irigoyen es parte activa y comprometida en la Euskal Etxea de París. Esta matemática y profesora universitaria ha participado durante años en la vida social y cultural del centro euskaltzale, formando parte del coro Gernika y creando la asociación de apoyo a los presos vascos Lokarriak, entre otras actividades. Irigoyen desbroza sus experiencias y el pasado y presente de la Euskal Etxea en una conversación en euskera con el periodista Lucien Etxezaharreta que publica la entrega de esta semana de Euskonews y que aquí resumimos y extractamos en castellano.

La baionesa Maddi Irigoyen forma parte de la Euskal Etxea de París desde la década de los 60, cuando el Centro Vasco parisino se encontraba en su sede de la calle Duban. En estos últimos años Irigoyen ha vivido el cambio desde aquella céntrica calle hasta el nuevo emplazamiento en Saint Ouen, y también los cambios que ha experimentado la Euskal Etxea en cuanto al origen de sus miembros, las actividades realizadas...

Ingeniera, doctora en Matemáticas y profesora --Maître de Conférences-- en las universidades de París II y VI, Irigoyen ha combinado su profesión con una activa participación en la Euskal Etxea. Directora del coro durante 20 años, vicepresidenta del Centro Vasco durante el traslado de sede, miembro actual de su Comisión Directiva y creadora de Lokarriak, el Comité de Apoyo Humanitario a los Presos Vascos de París, entre otras actividades, Irigoyen repasa en conversación con Lucien Etxezaharreta los últimos años de la Euskal Etxea de París.

Parisina y miembro de Euskal Etxea desde la adolescencia

'Fui a vivir a París en la adolescencia, pero volvíamos a Baiona en vacaciones, por lo que nunca perdí el contacto. Años después conocí la Euskal Etxea y me integré en el grupo de canto y dantza Gernika', explica Irigoyen. 'Había un comité social, donde conocí a muchos vascos. También estaba el grupo de estudiantes que dirigía Michel Irigoyen, con el que me casaría más tarde. Eramos unos treinta, muy dinámicos, hacíamos viajes a Euskal Herria durante la década de los 60. Se crearon unos lazos muy fuertes en este grupo', cuenta.

El año 68 y los acontecimientos del mayo francés marcaron una época y numerosos jóvenes de Hego Euskal Herria acudieron a París a estudiar sociología, 'que estaba muy de moda'. No pocos participaron en las actividades del Gernika, recuerda Irigoyen. 'Hubo una época en la que en el Gernika había tanta gente de Hegoalde como de Iparralde. Tengo muy buenos recuerdos de esa época, estábamos muy a gusto en la Euskal Etxea, especialmente en estos grupos de jóvenes'.

Junto a los jóvenes estudiantes también llegaban a París refugiados, y preguntada por la posibilidad de que surgieran enfrentamientos en el seno de la comunidad vasca a causa de su presencia, Irigoyen contesta que la situación se vivió 'bastante bien'. 'En aquella época, y aún ahora, había en la Euskal Etxea refugiados de la Guerra Civil, recuerdo a Patxi Iturrioz o Ramon Arresta, refugiados de primera generación. Después, en los 70, llegaron huidos de ETA, pero no hubo problemas. Era natural que vinieran a la Euskal Etxea, y que participarán en las actividades del Gernika. Había muy buen ambiente, muy distinto del que se vería después en los 70 y 80.'

Cambio de sede

Entre los mayores cambios vividos por la Euskal Etxea de París cabe destacar el traslado de la céntrica sede original en la calle Duban al centro actual del barrio de Saint Ouen. Irigoyen participó activamente en el proceso, y su valoración del cambio es positiva. 'El cambio fue una buena decisión. Hacía tiempo que queríamos hacerlo, porque en la calle Duban, en uno de los barrios más elegantes de París, recibíamos quejas por el ruido. El edificio tenía un gran valor, y con el dinero de la venta se compró y acondicionó el edificio de Saint Ouen. Se lograba el doble de espacio: dos grandes salas, habitaciones para jóvenes y estudiantes, una sala para las clases de euskera de la asociación Sustraiak... '.

'Aún así el cambio fue duro', recuerda, 'las obras se alargaron y hubo dificultades en conseguir algunos permisos. Pero las actividades se reiniciaron y ahora contamos con algunas citas muy concurridas, como la kermesse de marzo, los carnavales, la fiesta de los mayores... , entre otras'.

Planes de futuro

Las actividades del Centro Vasco de París se han marcado como objetivo la animación cultural y social de la comunidad vasca de la capital gala. Preguntada por los planes de la entidad de cara al futuro Irigoyen responde que 'siempre ha habido una deseo de realizar una amplia animación cultural. Hay que señalar que la dirección de la Euskal Etxea está influenciada por las asociaciones que la forman. Euskal Etxea es una gran sociedad, integrada por siete u ocho asociaciones que forman parte de su dirección'.

'Por ejemplo, Sustraiak-Erroak invita a personas de Euskal Herria a dar conferencias. Algunos espectáculos, de dantza o canto, corren a cargo de Gazteriak, que ha invitado a otros grupos para celebrar su 30 aniversario. Gernika tiene relaciones con un coro inglés, y Lokarriak invitó a Michel Berhocoirigoin para que hablara sobre Laborantza Ganbara. Es, en el amplio sentido de la palabra, animación cultural', expone Irigoyen.

Lokarriak, apoyo humanitario a los presos vascos de París

Maddi Irigoyen participa activamente en la asociación Lokarriak, un comité que realiza acciones humanitarias dirigidas a los presos vascos y sus familiares. 'Organizamos este comité en 1990, y al principio era una asociación separada de la Euskal Etxea. Pero pronto comenzamos a organizar fiestas de apoyo, en la propia Euskal Etxea. En 1991 organizamos el Aberri Eguna, junto a Euskadi Komitea y demostramos que era posible organizar este tipo de eventos. Aunque algunos dijeron que no se hace política en la Euskal Etxea', recuerda.

'Durante unos años todo fue normal, y después, al cambiar los estatutos de la Euskal Etxea, pedimos el ingreso. Fuimos bienvenidos, incluyendo nuestras actividades en el área social. No ha habido problemas en la institución, aunque algunos han expresado malestar privadamente. Lokarriak organiza fiestas, invitando a grupos de música folk, recogidas de firmas... A la larga han visto que realizamos acciones humanitarias. La Euskal Etxea recibe subvenciones del Gobierno Vasco, un gobierno abertzale. ¿Estamos haciendo política al aceptarlas? Es un tema discutible', finaliza.

[Traducido y condensado del original en euskera firmado por Lucien Etxezaharreta y publicado en el nº 329 de euskonews.com].

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En www.eskualetxea.com

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