Los hermanos Pou, conocidos montañeros vascos, salvan a 3 franceses que escalaban el Fitz Roy, en la Patagonia

'Milagro en la montaña'. Así titulaba la edición de ayer del diario porteño Clarín la crónica sobre el rescate que dos montañeros vascos, los hermanos Iker y Eneko Pou, realizaron para salvar a tres colegas franceses. 'Vivir para contarlo. Ese fue el milagro en la montaña para tres escaladores franceses, veteranos de los Pirineos, que salieron ilesos de una caída a un precipicio de más de 80 metros en el cerro Fitz Roy, en Santa Cruz. Y además vivieron el milagro de la solidaridad: los salvaron dos hermanos que eligieron abandonar el desafío de llegar a la cumbre para rescatarlos', escribía ayer Patricio Downes, en un artículo que reproducimos a continuación.

Los héroes de esta historia son dos vascos, los hermanos Iker y Eneko Pou, quienes rescataron a los franceses de la entraña de hielo donde habían caído. Después intervino el Grupo de Rescate de El Chaltén, integrado por la médica Carolina Codo y otros voluntarios, además de personal del Parque Nacional Los Glaciares y de Gendarmería.

La odisea que por poco fue mortal comenzó en medio de la noche del 21 de febrero pasado, cuando casi congelado y colgado de una de las paredes de hielo y piedra del Fitz Roy, el guía francés Jacques Lacaze creyó que había llegado su hora final. Peor suerte habían sufrido sus compañeros de cordada, André Bouyssiere (54) y Pierre Benscar (48). Guías como él en la alta montaña de los Pirineos, cayeron desde un 'serac' o bloque gigantesco de hielo del glaciar por el que descendían del monte patagónico y rodaron a los tumbos otros 60 metros más.

Se rompió el sistema de clavos

La noche anterior, Jacques, Pierre y André habían llegado a la Silla de los Franceses, a 2.700 metros. Les faltaba muy poco para la cumbre de 3.405 metros del Fitz Roy. Pero decidieron regresar porque no llegaban a tomar el avión de regreso a Europa.

Un rato antes y más abajo, en la Brecha de los Italianos se habían encontrado con los vascos Pou, conocidos de los Pirineos. Habían recordados viejas anécdotas antes de separarse. Ya retomando su vuelta, los franceses descendieron 7 rappeles (unos 280 metros) por la pared del glaciar. Pero, en el último de ellos, se rompió el sistema de clavos en los que cuelgan las cuerdas de los escaladores.

Escucharon 'socorro' y acudieron sin pensarlo dos veces

Cayeron sin contención. Sólo Jacques se pudo mantener colgado y gritó "socorro" en un español con acento francés. Los Pou llegaron a escucharlo en medio de la nieve y la tormenta. Sin pensarlo, dejaron de lado su sueño de llegar a la cumbre y no descansaron hasta que sus colegas estuvieron a salvo.

Ayudaron a Jacques a llegar al refugio en el Paso Superior, a 2.000 metros. A esa altura, los alpinistas cavan en la nieve cuevas para descansar. Lo dejaron ahí para volver a buscar a los otros dos. Les aplicaron calmantes y los primeros auxilios y los trasladaron hasta el refugio donde ya descansaba Jacques.

Han tenido mucha suerte

Pero, Pierre Benscar estaba muy mal: se quejaba de un fuerte dolor en el pecho y en la espalda. Entonces decidieron bajarlo hasta el campamento Río Blanco. Hasta allí llegó el Grupo de Rescate Chaltén que lo trasladó en un helicóptero hasta el Puesto Sanitario en la base.

"Han tenido mucha suerte, aunque sufrieron golpes, conmoción cerebral. Finalmente no fue nada de gravedad; los tuvimos en observación y les dimos de alta porque se iban al día siguiente", contó a Clarín la médica rescatista Codo.

Carlos Duprez, el responsable de la Zona Norte del Parque Los Glaciares, insistió en que "algún ángel los cuidó porque fue como caer de un edificio de casi siete pisos, sobre hielo durísimo, y después rodaron otros sesenta metros más".

'Vamos a pedir que los Pou sean canonizados'

"Si la palabra humanismo tiene un sentido, en el Fitz Roy lo hemos reencontrado", confesó ayer Jacquez Lacaze a Clarín, desde su casa en Arras-en-Lavedan, a 15 kilómetros de Lourdes, al sur de Francia. La voz del guía de montaña, de 56 años, sonaba risueña cuando dijo que "Entre los tres que caímos sumamos 150 años, pero volveremos al Chaltén".

Con ese mismo humor que asegura no los abandonó nunca Lacaze y sus compañeros habían estampado en el libro de visitas de Los Glaciares la frase: "Vamos a pedir al Vaticano que los hermanos Pou sean canonizados".

'VALORAR LA VIDA, ANTES QUE NADA'

"Fue una historia bonita, de montaña, que te brinda la oportunidad de sacar tus mejores valores como montañero. Somos de familia de montañistas". Eneko Pou resumió así a Clarín qué los movió a resignar su aventura de llegar a la cumbre del Fitz Roy para rescatar a los andinistas franceses.

El gesto solidario de Eneko y de su hermano Iker ya dio la vuelta al mundo en el corajudo y selecto mundo de los montañistas. El diario El País, de Madrid, recogió su historia y los escaladores de Francia ya preparan una gran fiesta para mayo en Alava, la patria chica de los Pou en el País Vasco.

Otros escaladores oyeron los gritos y siguieron durmiendo

Pero también se supo que, cuando pidieron ayuda a otros montañistas que dormían en las cuevas de hielo del Paso Superior un refugio de los escaladores varios siguieron durmiendo. "Otros hasta nos insultaron porque los habíamos despertado", contó.

"En el País Vasco hay mucha tradición montañera y hay valores que nos han inculcado desde pequeñitos; por encima de conseguir los objetivos. Valorar la vida antes que nada. Eso está por delante de todo", agregó.

Agotados, el rescate de más de 25 horas en total, los Pou no pudieron volver al Chaltén. El día que pronosticaba buen tiempo lo usaron para descansar: la meta quedó para la próxima temporada.

(publicado el 19-03-2006 en Clarín)

Enlaces relacionados

Página web de los dos hermanos montañeros
www.pouanaiak.com

euskalkultura.eus

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