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Por Juan Lucio Agotegarai Etxaniz. Después de que el vasco, de Bizkaia, Ortiz de Zarate bautizara en 1586 al río que cruza este distrito como "de los Arrecifes", los vascos fueron instalándose en estas tierras, principalmente en la zona rural. Trajeron sus costumbres, sus tradiciones y su cultura, y las fueron hermanando con los aborígenes.

También vinieron con ellos las fiestas, y es así que cada 31 de julio festejaban San Ignacio de Loyola con grandes banquetes, bailes y cantos de su tierra natal.

Con el correr del tiempo el contingente vasco fue en aumento, dándole vida activa al Pago de los Arrecifes, y muchos de ellos se fueron dedicando a labores industriales o artesanales (tahoneros, fabricantes de ladrillos, carpinteros, herreros, zanjeadores, alambradores, alpargateros, fonderos, etc.).

Cuando Arrecifes reclamó el suministro de leche, el vasco fue el lechero obligado de la población.

Pero no sólo tuvieron la virtud de ser incansables trabajadores, sino que fueron ejemplos vivientes de moral, sinceridad, honestidad, lealtad hacia sus semejantes y generosa hospitalidad, así como de cristiana humildad y sobriedad.

Algún mayor de edad debe recordar la "Palabra de Vasco" (no hacía falta ni la firma de un contrato ni aval que lo respaldara, era una "palabra sagrada" y se cumplía).

Pero los vascos, sin estar divididos, estaban separados: los de la zona rural y los del Pueblo.

Y a pesar de que don Francisco Hernandorena llevaba una especie de padrón de los vascos que llegaban a Arrecifes, para instalarlos y ofrecerles el trabajo que requerían, todos se conocían pero cada uno en su lugar.

Sin embargo, el día 20 de Noviembre de 1921, todos los miembros de la colectividad vasca (Rural y Pueblo) se reunieron para constituir una Sociedad Vasca de Socorros Mutuos, la que también fuera conservación de las tradiciones y punto de reuniones para comentar las alternativas que experimentara el País Vasco.

Con el voto democrático de los presentes, quedó conformada una Comisión Directiva que debería encomendarse en la redacción de los Estatutos.

La presidía don Francisco Ansalas y los demás miembros fueron don Tiburcio Bilbao, don Lucio de Echaniz, don Jorge Artola, don Juan Zubeldia, don Juan Ocariz, don Julián Noguera, don Juan Arregui, don Teodoro Arana y don Demetrio Aranceta.

Y por indicación del Sr. Lucio de Echaniz se designó a la nueva Sociedad con el nombre de "Euskaldunak Denak Bat".