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Porteña nacida descendiente de italianos y gallegos, Laura Nobile es hoy arrecifeña y vasca por vocación, conocimiento y compromiso. Referente nacional en genealogía vasca, es bibliotecaria de su euskal etxea, conduce el programa radial... su trabajo y entusiasmo no conocen límite.

Joseba Etxarri. Está capacitada como lo que en Argentina se denomina "martillera" y corredora de comercio, pero hace ya dos décadas que Laura Nobile se dedica al mundo de la genealogía. Quien hoy recorre el país austral y sus euskal etxeas animando y empoderando a los vasco-argentinos en relación a la búsqueda de sus raíces familiares se inició en genealogía al comenzar a investigar e indagar en su propio pasado familiar. Se introdujo en aquel mundo hasta el punto de especializarse y labrarse un nombre y, con la llegada y popularización de internet, mantener en la red algunas de las páginas más concurridas en relación a genealogía y apellidos italianos, legión en Argentina. Así fue, grosso modo, durante años, hasta que armado su propio árbol, su matrimonio en 2005 con Pedro Abarrategui la condujo a armar el de su marido y con el tiempo, a dedicarse más a la genealogía vasca que a la italiana.

¿Por qué es importante el conocimiento de las propias raíces?

Somos retoños de esos inmigrantes que un día dejaron su tierra en busca de un futuro promisorio y esa historia, ese pasado y esa experiencia forman parte de nosotros. El legado vasco que trajeron forma parte de nuestra historia y de nuestra realidad actual. Su conocimiento nos facilita el entendimiento de muchas cosas y nos aporta luz, remueve fuerzas en nosotros y genera una voluntad sostenida de seguir y contribuir. A través de la historia familiar podemos rescatar ese bagaje y discernir mejor a la hora de encaminar nuestros pasos.

¿Te vasquizaste al casarte con el arrecifeño Pedro Abarrategui?

-(sonríe) Comencé a interesarme por lo vasco a raíz de conocer a Pedro. Y es curioso pero él, a su vez, ingresó en la cultura vasca por mí. Su bisabuelo llegó de Eskoriatza, en Gipuzkoa, construyó la popular cancha Abarrategui, inició en Arrecifes las tradicionales fiestas de San Ignacio y trajo de Gernika y plantó acá un retoño del Árbol que cumplió ya los 70 años, pero murió joven y el conocimiento y relación con lo vasco se fueron perdiendo en la familia hasta que lo retomamos con mi investigación.

¿Cuándo contactaste con el Euskaldunak Denak Bat de Arrecifes?

-Justamente con la investigación, para saber del abuelo Abarrategui. Me acerqué y no me he ido nunca. Me hicieron socia y mientras vivíamos en Buenos Aires veníamos a actos concretos. En 2009 pasamos ya a vivir en Arrecifes y desde entonces la euskal etxea, La Vasca, como la llamamos acá, es nuestra segunda casa. Si me preguntas cuándo me empecé a sentir parte, te diré que desde el primer momento. Desde un inicio recuerdo su generosidad y hospitalidad. Poco a poco me fui apuntando a las clases de euskera, me sumé a la Comisión Directiva y comencé con lo que hoy hago.

Hoy eres bibliotecaria del centro, conduces el espacio radial... lo tuyo con lo vasco hace tiempo que pasó del interés al conocimiento, y del conocimiento a la conciencia y el compromiso.

-Empecé a enamorarme de lo vasco en las clases de euskera y cultura que imparte Teresa Zavaleta, profesora arrecifeña y euskaldun de pro. Ahí sentí que quería saber más y ella me proporcionó bibliografía. El propio programa semanal de radio que tenemos me obliga a documentarme y aprender más sobre lo vasco, sobre el euskera, nuestras tradiciones y el foclore y, más allá de ello, a conocer y comprometerme por todo ello con la realidad actual de Euskal Herria.

Recorres Argentina impartiendo talleres y clases de iniciación a la genealogía, y a la genealogía vasca en particular.

-Desde 2010 formo parte de la oferta cultural que FEVA, la Federación de Entidades Vasco Argentinas. Las euskal etxeas pueden solicitar que acuda y les dé una charla. Me gusta ayudar, lo hago ad honorem, porque creo que conocer el propio pasado es una necesidad importante del ser humano. Suelo quedar como referencia en esos centros, que se ponen en contacto y me llaman cuando tienen consultas . Me contactan también desde Euskal Herria, para realizar investigaciones a la inversa, sobre inmigrantes que llegaron acá y de los que desean saber..

Has visitado Euskal Herria una única vez, en 2013.

-No fue un viaje turístico, sino de regreso a las raíces y a la historia. Fue maravilloso. Pisar Euskal Herria me embrujó y me enamoró. Ya me lo decían, pero hasta que no se vive no se sabe. Y la rúbrica fue la gente: algunos, oyentes del programa por internet, a quienes pude poner cara. Esas sensaciones y esas amistades forman parte del tesoro que me traje.