San José, Uruguay. Por cuarta vez, los y las directivas de euskal etxeas uruguayas se dieron cita, esta vez, en la ciudad de San José de Mayo, para intercambiar experiencias y formarse en la dirección de las instituciones de la comunidad vasco-uruguaya. San Joseko Euskaldunak Taldea ofició de anfitrión del encuentro, del que participaron asimismo representantes del Centro Euskaro y Haize Hegoa de Montevideo y de Ibai Ondoko Etxea de Carmelo. El primer Udaleku de directivos se realizó en 2018 y resultó altamente exitoso, por lo cual, desde entonces se celebró anualmente, excepción hecha de los años de pandemia.
En un encuentro que resultó “sumamente productivo”, según señalaron a EuskalKultura.eus desde la organización del evento. Juan Pedro Arin, presidente de FIVU, abordó aspectos de la historia de la diáspora vasca en Uruguay y brindó una exposición sobre la historia de las casas vascas en el país oriental, desde el siglo 19 hasta la creación de la Federación. De la mano de Mariel Fernández Artasánchez y Lucía Goñi, trabajaron fundamentalmente sobre cuestiones administrativas comunes a las euskal etxeas y sobre el uso de la plataforma euskaletxeak.eus.
Día Internacional del Euskera organizado por FIVU
Postales de la celebración del Día del Euskera en Haize Hegoa de Uruguay
Por otro lado, numerosos/as euskaltzales de Uruguay celebraron el 3 de diciembre el Día Internacional del Euskera. En el caso del Haize Hegoa montevideano, con una extensa jornada recreativa en la sede de la entidad, que se vistió expresamente para la ocasión. Lo hizo con una muestra de fotografías de grupos de estudiantes y eventos relacionados con el euskera, tales como el Asteburu pasa, o ediciones anteriores del Día del Euskera adornando las paredes y dotando de un marco adecuado a la fiesta.
Estudiantes de euskera de las montevideanas Centro Euskaro y Haize Hegoa, de Ibai Ondoko Etxea de Carmelo, y de San Joseko Euskaldunak Taldea, y algunos directivos de FIVU compartieron los juegos y la realización de collages, y, a la hora del almuerzo, una impresionante paella, despertó la admiración, y el apetito, de los y las presentes. Tras las canciones de la sobremesa, llegó el momento de la danza y diversión entre amigos hasta el atardecer.