Ander Egiluz Beramendi, EE.UU. Un grupo de 35 miembros de Oinkari viajó desde Boise hasta Seattle para representar a los vascos en el Nortwest Folklife. Entre los dantzaris e instructores se hallaba Lael Uberuaga, integrante de Oinkari desde 2001, cuando a sus 14 años pasó del grupo infantil Boise’ko Gazteak, cantera de Oinkari, al grupo dantzari adulto señero de Boise y Idaho. Toda una trayectoria con y por Oinkari, para quienes ha realizado, entre otras labores, la de presidenta, antes de ocupar su actual posición de cara al público.
¿Cómo fue el viaje a Seattle?
-Fue genial. Entre otras cosas porque muchos de los dantzaris no tienen muchas oportunidades de actuar más allá de los círculos de las uskal etxeas. Su participación en un festival folk de este tipo es muy importante, porque no hay que olvidar que lo vasco no es sino una porción del mundo de las tradiciones folkóricas.
¿Son diferentes las sensaciones cuando se actúa en un festival folk y cuando se hace en una fiesta vasca?
-Un poco sí. Había mucha gente que no conocíamos y muchas culturas que veíamos por primera vez. Fue algo especial, sobre todo para los más jóvenes. Es bueno que sean conscientes de que no solo los vascos trabajamos por mantener vivas nuestras tradiciones. La primera vez que fui (al Northwest Folklife), hace diez años, me sorprendió ver que otras gentes también estuviesen interesadas en preservar su cultura.
El ‘Northwest’ es un festival enorme y, aun así, es gratuito. ¿Eso es bueno para los grupos de folk?
-El festival es más grande que el Jaialdi y en todo momento está llegando gente. Eso es, en parte, porque es gratuito. Yo creo que la gente involucrada en los temas de folk lo hace por que le gusta y por interés cultural, no por dinero. En Boise en ocasiones el grupo cobra por actuar, pero lo hacemos para poder operar. Ya es difícil de por sí atraer a la gente a temas de folk, así que cobrando la entrada sería mucho más complicado.
Según quien la utilice, la palabra ‘folk’ puede tener distintos significados. ¿Qué significa para tí?
-Para mí el folk es la herencia cultural de la gente. Es la parte de la cultura que solía formar parte del día a día y, aunque ya no sea así, sigue viva. También diría que está unida a las actividades no profesionales, es como la tradición de todo el mundo, por así decirlo. Y creo que en Estados Unidos la gente puede tener más de una cultura folk; nosotros, evidentemente, tenemos la vasca, pero también hay una muy rica tradición americana.
Oinkari, un grupo de la Diáspora, ha representado a Euskal Herria en este festival en el que estaban presentes tradiciones de todo el mundo. ¿Dirías que es un hecho subrayable?
-Sin duda. Es muy importante para la Diáspora poder representar a Euskal Herria, debería ocurrir más a menudo.
Además de la actuación, también ofrecísteis alguna clase...
-Teresa (Franzoia) y yo enseñamos algunos bailes sencillos como Zazpi Jauzi, Borobila, Txapelua y Bolant Dantza. Nos colocamos en un espacio abierto y la gente se agrupó formando un corro. Fue muy bonito y además aprendieron muy rápido.
¿Contactásteis con otros grupos?
-De forma informal sí. Contactamos con un grupo de Canadá que practica Morris dancing y estuvimos hablando sobre Terranova (Canadá). Nos dijeron que debíamos ir a actuar allí y, la verdad, es que me gustaría mucho conocer a los vascos de esa zona. Sobre actuaciones conjuntas no hablamos pero, ¡nunca se sabe!
Está claro que la experiencia del ‘Northwest’ fue muy buena, pero la bienvenida que os hizo el restaurante The Crab Pot estuvo a la altura.
-(Ríe) Hicimos la reserva hacía tiempo pero no nos esperábamos que fuésemos a tener un menú personalizado. ¡Nos hizo mucha ilusión! Alguno del grupo se llevó una copia a casa, de recuerdo.
¿Pudísteis creuniros con integrantes de la euskal etxea de la ciudad?
-La vez anterior sí que lo hicimos pero este año no ha sido posible. En el tiempo libre que tuvimos visitamos varios lugares, como el Space Needle o el museo EMP, por ejemplo.
Ahora, de vuelta en Boise, estaréis preparándoos para Jaialdi. ¿Interpretaréis alguna danza especial?
-Sólo queda mes y medio para Jaialdi y estamos un poco nerviosos. Hemos insistido a la gente en la importancia de practicar y ensayar. Nos quedan un par de actuaciones previas al festival y eso nos va a ayudar. Sé que las chicas bailarán el Bateleren pero no puedo precisarter aún qué otros bailes haremos.