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Tres Arroyos, Argentina. La entrega del 'Patrimonio Tresarroyense' se llevó nuevamente a cabo en el marco de los actos por el aniversario de la ciudad, en esta ocasión el sábado 9 de mayo, en la sede del Centro Vasco Hiru Erreka. En esta oportunidad, los ciudadanos distinguidos fueron Alcides Ruperto Taboada, Beatriz Olga Guridi, Cándida Domínguez,  Rafael Elizalde y Francisco Rodera. A este grupo se sumó la Escuela Especial Nº 501, por la labor que realiza día a día en la comunidad.

“Los motivos que nos llevan a reconocer a los ciudadanos e instituciones --especifica el presidente de la institución José Luis Artuch-- son siempre los mismos: la responsabilidad, el esfuerzo personal, el amor al trabajo y el aporte solidario a la comunidad. Entendemos que eso les convierte en ejemplos de vida de nuestra sociedad. Para ser merecedor de esta distinción, basta con ser ciudadano, no es necesario ser vasco o descendientes de vascos, ni socio de nuestra entidad, ya que esta actividad está pensada precisamente como integradora del Centro Vasco en nuestra sociedad”

Cinco ciudadanos y una escuela

Con respecto a los premiados de este año, Alcides Ruperto Taboada comenzó una trayectoria de trabajo muy joven, a los 14 años y como tambero, en Copetonas. Luego estudió en la Escuela Técnica, trabajó en diversas fábricas, y hoy día, pese a estar jubilado, sigue cumpliendo tareas laborales en Aiello. Beatriz Olga Guridi fue otra de las premiadas. Décima hija, en este caso de un hogar de ascendencia vasca, Beatriz llegó a ser una destacada modista que durante años vistió a las señoras de Tres Arroyos.

Cándida Domínguez también se encuentra entre los ciudadanos distinguidos. Como los otros premiados, ella también comenzó a trabajar siendo muy joven, a los 14 años, en una casa donde cuidaba niños y en la que permaneció 50 años. Rafael Elizalde nació en Tres Arroyos, en una chacra de Barrow. De joven se desempeñó como secretario y ayudante del señor Manuel Candia  y más tarde, una vez independizado de la casa paterna, trabajó como caballerizo y en Obras Sanitarias. Elizalde contrajo matrimonio con Ñata Romanello, con quien tuvo cuatro hijos. Uno de ellos actualmente es gran colaborador de Hiru Erreka.

Francisco Rodera, al igual que sus coterráneos, también asumió la responsabilidad del trabajo a temprana edad. En su caso, a los doce años entró como mandadero en la Florería ‘Rodrigo’, luego como aprendiz en la Florería ‘Las Calas' y continuó con su trabajo hasta que logró comprar su propio local. Finalmente, y en su 50 aniversario, la Escuela 501 también recibió el Patrimonio Tresarroyense, por la importante tarea educacional que cumple diariamente desde su fundación hasta la actualidad.

Homenajeados con un aurresku

El acto de entrega  comenzó sobre las 6 de la tarde, con un aurresku que interpretaron cuatro dantzaris del centro para dar la bienvenida al numeroso público presente y sobre el final, se sirvió un café con dulces. Cada uno de los homenajeados recibió su diploma de manos de un familiar o un allegado.

Premios auspiciados desde el Centro Vasco para la comunidad

Hace cien años las euskal etxeak eran sobre todo para los vascos. Aquellos inmigrantes que llegaban a América a principios del siglo XX encontraban en las casas vascas una parte de lo dejado atrás, de su tierra natal. Hoy, en el siglo XXI, los centros cumplen otra función y en su mayoría, además de representar una porción de la lejana Euskal Herria, tienen, sin perder contacto con el pasado y con la cultura del pueblo vasco, un lugar cada vez más importante en la sociedad que los acoge. La Casa Vasca de Tres Arroyos es un buen ejemplo de esto; y la distinción Patrimonio Tresarroyense que ésta hace a distintos vecinos, quizás uno de los mejores. Todos los años Hiru Erreka elige a un grupo de miembros de la comunidad para homenajearlos con este premio.