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Donostia-San Sebastián. A pesar de la actual situación económica mundial, Brasil está mostrando un dinamismo fuera de lo habitual con un crecimiento del PIB de un 9% en el primer trimestre del año respecto al mismo periodo de 2009, sólo superado por China, cuya economía creció un 11,9 %. A esto hay que añadir que han sido seleccionados para organizar los JJOO 2016, tras la adjudicación del Mundial de fútbol de 2014. Dos citas que reclamarán la atención del planeta y, sobre todo, de muchos empresarios.

Ante semejantes retos, Brasil ya ha empezado a prepararse: el Plan de Aceleración de Crecimiento (PAC) destinará 7.913 millones en los próximos cinco años para poner a punto, de cara al Mundial, un territorio de más de 8 millones de kilómetros cuadrados y casi 200 millones de habitantes. El Gobierno federal centrará sus esfuerzos en cinco áreas de inversión para hacer de Brasil un digno anfitrión de ambos eventos: aeropuertos, puertos marinos, movilización urbana, estadios y hotelería. Si bien la gestión de aeropuertos y puertos será en principio netamente pública –aunque no se descartan las privatizaciones–, el resto de inversiones provendrán de alianzas entre el Estado y la iniciativa privada, siempre que ésta se someta a concurso.

Por eso, entre las 30 empresas que acompañan a las dos instituciones vascas que viajan al país americano, hay algunas constructoras que van a analizar el potencial que ofrece este mercado en su ámbito de actividad. En la delegación, hay además otra serie de empresas que van a establecer las bases de futuras implantaciones productivas en el país.

Gipuzkoa en Brasil

Los representantes institucionales, encabezados por el diputado Foral de Innovación y Sociedad del Conocimiento, José Ramón Guridi, van a conocer las diferentes inversiones que se están llevando a cabo en Brasil por parte de empresas guipuzcoanas y vascas, y las situaciones que están encontrando en su día a día, conociendo de primera mano las dificultades y oportunidades que están abordando en sus procesos de internacionalización.

Son cada vez más numerosas las empresas guipuzcoanas implantadas en el país, mayormente en la zona de Sao Paulo. La primera hornada de inversiones se produjo a principios de la década de los 90, y recientemente se están registrando movimientos de inversión hacia el país por parte de algunas empresas guipuzcoanas.

La previsible expansión del consumo y la inversión van a generar sin duda oportunidades tanto a los sectores de bienes de consumo como de capital de nuestro territorio. Pero las principales oportunidades de negocio en Brasil se encuentran sin embargo en el sector de infraestructuras y energía (recogidos en el Plan de Aceleración del Crecimiento - PAC). Brasil cuenta con la más amplia red de infraestructura de transportes de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). En cuanto al tema energético, en el área de las energías renovables, el gobierno está estudiando los nuevos pasos a dar en el ámbito de la energía eólica y de cual será en nuevo modelo que determine su futuro. Es este sin duda un área de alto interés para las empresas de nuestro territorio, con amplia experiencia en el sector.

La Cámara de Gipuzkoa cuenta desde hace unos cuantos años con un consultor en el país, en quien se apoya para prestar servicios de diversa índole a las empresas de Gipuzkoa, en el ámbito comercial, de las inversiones o jurídico, por citar algunos.

Radiografía de Brasil

Brasil tiene a priori motivos para mirar con confianza el futuro. A pesar de la crisis mundial, su economía se encuentra en una relativa buena situación y su divisa, al contrario que en épocas pasadas, está más que estable. La recuperación de la economía brasileña se está dando de una forma más rápida de lo que se esperaba.

El país ya no es tan vulnerable como hace una década, gracias a la estabilidad monetaria y financiera conseguidas en la era Lula. La inversión extranjera hace ya algunos años que dirigió sus miradas a este país. Las condiciones de estabilidad son por tanto óptimas en estos momentos. Brasil es además una economía que crece a un ritmo estable y superior al de las economías más avanzadas, rico en recursos naturales, con una industria cada vez más boyante (también en sectores tecnológicos punteros), pero necesitada también del comercio internacional. Esto está haciendo que su economía tradicionalmente proteccionista vaya dando signos progresivos de apertura. Por el momento, la asignatura que tiene aún pendiente es del equilibrio social.