Donostia-San Sebastián. En realidad, no solo en lo que respecta a la diáspora vasca, y tampoco solo en Estados Unidos, pero en este artículo nos centraremos en la diáspora vasca de EEUU. Hace dos semanas y media publicamos un artículo sobre los encuentros que se estaban suspendiendo en la Diáspora por el Coronavirus, y en el tiempo transcurrido se han confirmado los pronósticos más pesimistas, de tal modo que han acabado cayendo también buena parte de las citas que entonces aún se mantenían.
Eso ha ocurrido, por ejemplo, con las Fiestas Vascas de Fresno, de Los Banos y de Bakersfield --previstas para este próximo mes de mayo--, con las de Winnemucca o las del Centro Vasco de San Francisco --en junio--, el Basque National Festival de Elko y el Jaialdi de Boise --en julio-- o con la Convención de NABO y Fiesta Vasca de New London --en agosto--, entre otras. Faltaban en algún caso aún varios meses para su celebración, pero ha primado la postura responsable de no asumir riesgos innecesarios, siendo como son actos multitudinarios, con un Covid-19 cuyo comportamiento y alcance es aún en gran medida desconocido.
Sabido es que el periodo de mayo a septiembre es el principal periodo de encuentros y concentraciones vascas en Estados Unidos, que este año puede darse por perdido: hasta la fecha no se ha inventado un encuentro virtual que sustituya a una fiesta vasca presencial. El Udaleku de NABO, que iba a tener lugar en Salt Lake, también se ha quedado en el camino, y constituyen golpes especialmente sensibles la cancelación de la Fiesta Vasca y Convención de NABO en New London; y la suspensión momentánea del Jaialdi de Boise, aunque en este último caso se trata de un aplazamiento, puesto que la cita se ha reprogramado para julio de 2021.
Es evidente que no solo se han suspendido citas grandes y medianas; también las más pequeñas y cotidianas, como las clases de euskera, los campeonatos de mus, las conferencias y sesiones de cine, los conciertos, las cenas, los ensayos y actuaciones de los dantzaris y el resto de actividades más o menos cotidianas que desarrolla una comunidad. Todo un golpe a nuestra comunidad, la frustración de muchas ilusiones, y en muchos casos con consecuencias económicas importantes. Se lo pueden preguntar a una euskal etxea modesta como el New England Basque Club,que llevaba años preparando la Fiesta y Convención de NABO de este año, y qué decir del jaialdi de Boise, solo por citar dos casos.
Algunas citas de agosto y septiembre, no se han cancelado a fecha de hoy. No hay prisa, nos dicen, lo que haya de hacerse se hará, que no haya dudas sobre eso. Y confiamos, claro está, en que la onda expansiva de todo esto no lluegue a esas fechas y no vaya más allá y alcance en Argentina a la Semana Nacional Vasca de Macachín, este año en noviembre. Este evento será posiblemente el único de los grandes eventos de nuestra diáspora que se libre este año de ser suspendido. Aunque, con la vacuna aún por descubrir, con las correspondientes medidas preventivas de seguridad. Crucemos los dedos.