Navarro, Argentina. Una ciudad más se inscribió en el listado de lugares en el mundo, en particular de la Diáspora, en que crecen retoños del roble de Gernika, símbolo de las libertades del Pueblo Vasco. El pasado 27 de agosto, la comunidad vasca de la localidad bonaerense de Navarro se dio cita en la Plaza de los Ex Combatientes para plantar el retoño donado por la agrupación de exdantzaris Gure Herria de Olavarría.
Como apertura del acto, se compartió una carta remitida por el historiador e investigador José Joaquin Saldías, quien recientemente convocó en la localidad a más de un centenar de personas en la presentación de su libro 'Aventura en las Pampas. Memoria de la presencia vasca en Navarro' en La Biblioteca José Ruiz de Erenchun de esta ciudad de 20.000 habitantes situada por carretera a algo más de un centenar de kilómetros al suroeste de Buenos Aires y que debe su nombre al capitán pamplonés Miguel Navarro, vecino fundador de Buenos Aires, casado en Navarra e hijo del también iruinxeme Juan de Alpas, según explica el Diccionario biográfico de Buenos Aires (1580-1720) de R. A. Molina.
Antes de plantar el retoño se dio lectura a la ‘Plegaria por un roble retoño’, poema que la navarrense María Alicia Esain escribió para la ocasión. Los asistentes participaron echando las primeras paladas de tierra que cubrieron el vástago, para luego entonar el Gernikako Arbola. Como cierre del evento, María Inés Llanos Luloaga, jueza de Paz de Navarro e impulsora de la actividad vasquista, agradeció a la Municipalidad de Navarro, a los ex combatientes y a Gure Herria, por el retoño que reciben “como simiente de una nueva agrupación”.