Al finalizar la ceremonia dos de sus nietos y su hijo Iñaki Narvarte dedicaron emotivas palabras al fallecido. El cortejo se dirigió después al cementerio de Santa Inés en Viña del Mar, donde se encuentra el mausoleo de la familia Narvarte. Allí despidió sus restos el sacerdote Kepa Bilbao y a continuación hicieron uso de la palabra Archibaldo Uriarte, presidente del Eusko Etxea de Valparaíso; Pedro Arraztoa; y Jon Erdozia, delegado de Euskadi en Chile, quien en representación del Gobierno Vasco y de las instituciones vascas de Chile entregó a su viuda la ikurriña que cubría su ataúd.
Sus amigos le recordaron como 'un hombre bueno', que se enorgullecía de 'haber podido alegrar con su música a la comunidad vasca de Santiago y Valparaíso por muchos años'. Archibaldo Uriarte, como presidente del Eusko Etxea de Valparaíso y a nombre de toda la Colectividad Vasca de la región recordó 'algunas palabras e ideas' de Antonio, narrando varios pasajes de la entrevista personal que se realizó con motivo de la edición del Libro de Rubila Araya sobre los Vascos de Valparaíso. A continuación reproducimos parte de su intervención:
Palabras de Archibaldo Uriarte
'Antonio, el hombre bueno, nos relataba: "Irun acogió mis primeros llantos en el año 1923. Mis padres fueron Antonio Narvarte y Ana Sanz Garayalde. Y mis hermanos, Cástor, Rafael y Javier".
La Guerra Civil marcó su destino. "Mi familia debió escapar el 36 a Francia, porque se aproximaban los requetés de Navarra para tomar el control de la zona. Desde Hendaya, en donde estuve en la casa de un tío, alcancé a ver toda la destrucción: el paseo Colón, centro de Irún, fue quemado completamente. Para entonces yo alcanzaba la edad de 13 años. Estuvimos dos años en el sur de Francia, en un refugio para familias vascas. A pesar de todo, vivir en la comunidad fue lindo, lo pasamos muy bien. Luego nos fuimos a París por 12 meses".
Reclamados para venir a Chile
Luego nos cuenta con pasión y emoción de sus hermanos: "Durante ese año mi hermano Cástor, cumplió las quinas, como se llamaba al momento en que el joven le toca hacer el Servicio Militar. No tenía la obligación de regresar a Euskadi, pero Papá le exigió alistarse, argumentando que era su deber moral, fue al frente por un asunto de honor".
"Para venir a Chile debimos ser reclamados por el hermano de mi Mamá, Santiago Sanz, quien vivía hace veinte años en el país. Desde La Pallice, la familia completa, incluidos unos tíos y abuela, hicimos la travesía en el Barco Orbita. El año 1939 desembarcamos en el puerto de Valparaíso. Una vez en Santiago, yo ingresé a la escuela y mis hermanos se pusieron a trabajar. Mis estudios superiores los hice en la en la Universidad Técnica del Estado, Universidad de Santiago en la actualidad. Después de siete años salí de la institución con el titulo de ingeniero mecánico', nos relataba.
Contacto con Gabriela Mistral
"En la facultad formamos un coro, yo cantaba en todas las fiestas, era súper conocido", recuerda. Uno de sus mejores recuerdo del período de estudiante fue en 1941, un encuentro en Brasil con Gabriela Mistral, que había sido nombrada Cónsul General de Brasil en aquella época. "Al saber mi nacionalidad, me habló de su ascendencia vasca por el lado de su segundo apellido Alcayaga", nos agregaba. "Quedé impresionado con esa mujer, con su forma de hablar, con su trato suave. Tenía tanto encanto".
"Con el grupo de la Universidad tuvimos innumerables presentaciones, actuábamos en todas partes y pisamos el escenario de muchos teatros de Chile. En Irun había aprendido a tocar el acordeón, talento que perfeccioné en la academia Hohner de París, aquel año en que tuvimos refugiados en la Ciudad de la Luz. Después del coro de estudiantes, integré un conjunto de estilo francés, porque en ese tiempo la música gala estaba muy de moda, sonaba con fuerza Edit Piaff y Charles Trenet, y como yo hablaba perfectamente el idioma" La agrupación se llamo el cuarteto París, y su gran éxito nos dio para grabar veinte discos".
Integración y contribución a la comunidad vasca
"Desde que llegamos a Chile, participamos en el Eusko Etxea de Santiago. Allí había un grupo de danza maravilloso, dirigido por Santos Bustos. Mis hermanos bailaban y lo musical corría por mi parte, con órgano, acordeón electrónico y txistu. Además forme parte del Polifónico de la Universidad de Chile por varios años. Fui amigo de Ramon Muguruza; con él cantábamos en el coro de Santiago e hicimos un tremendo trabajo para una orquesta de veinte músicos".
Más adelante nos relataba: "'Asistí a la inauguración del Centro Vasco de Valparaíso y con mi acordeón le puse el ingrediente musical a la jornada. Fue muy interesante, estaban los amigos Olaeta, Mondragon, Andraca
, todos contentos. Se hizo una comida cuyo menú no me acuerdo, pero seguro que fue bacalao. Como buenos vascos al terminar nos pusimos a cantar, siempre animados por el sonido del acordeón. En 1960 me cambié a Viña del Mar, en compañía de mi señora y de mis hijos, Juan Antonio, Maritxu, Maite e Iñaki".
Protagonista y referente
Inolvidables son las actividades vascas en las que participaban Antonio y su familia, como los paseos a Casablanca , la celebración de Iñaki Deuna, las festividad de San Ignacio de Loyola, su participación en el Eusko Etxea de Valparaíso... Un recuerdo de las fiestas de Iñaki Deuna, San Ignacio de Loyola, que se realizaban en la antigua casona de la Calle Freire en Valparaíso y que nos relataba su amigo el Doctor Luis Mondragón: "el local se llenaba, aunque al atardecer sólo quedáramos unos pocos, escuchando al incansable Antonio Narvarte , mientras los demás se iban retirando".
Por último nos expresaba el propio Antonio: "mi satisfacción es que con la música pude alegrar a la comunidad vasca de Santiago y Valparaíso por muchos años".
Agur Antonio, hombre bueno, Goian bego zeruan.
Enlaces relacionados
Eusko Etxea de Valparaíso
www.euskoetxea.cl
Fallece en Chile Antonio Narvarte
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Libro de Rubila Araya sobre vascos en Valparaíso
Publicado en EuskalKultura.com el 13 de diciembre de 2007
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