La cocina vasca asalta Berlín; El restaurador Aitor Elizegi se responsabiliza de la carta en los restaurantes del Club Goya, un selecto local recién inaugurado (en El Correo)

Enrique Müller/Corresponsal. Madrid. Aitor Elizegi tiene 39 años, es un cocinero exitoso, luce con orgullo el titulo de Campeón de España de Cocina que obtuvo en 1998 y su restaurante Gaminiz, en la localidad vizcaína de Zamudio, es una dirección obligada en las guías gastronómicas españolas. Pero Aitor Elizegi también es un aventurero. Tiene una visión romántica del arte culinario y ahora, después de triunfar en el País Vasco, tiene une meta difícil y ambiciosa: el cocinero bilbaíno quiere conquistar el estómago de Berlín, la mundana capital alemana, con el aroma y el sabor de la cocina vasca.

Como casi siempre, la aventura nació de la casualidad. Hace cuatro años el empresario alemán y dueño de uno de los bares más famosos de Berlín, Peter Glückstein, soñaba en Madrid con crear en la capital alemana un club privado, donde sus socios pudieran combinar el placer de la cocina, la exclusividad de una discoteca moderna y el placer de la soledad. ¿Cómo transformar el teatro Metropol, un hermoso y viejo edificio construido en 1903 y que sobrevivió casi por milagro a las bombas de los aliados, para convertirlo en un club mundano, chic, y en un templo para los amantes de la buena cocina?

En el 'lobby' del hotel Reina Victoria, y después de admirar los cuadros de Goya en el Prado, Glückstein esbozó un plan maestro que le permitió abrir el jueves pasado el Goya, un lujoso club de baile de 2.600 metros cuadrados, adornado con lámparas iluminadas con velas y una oferta única en la capital: el Txoko, un restaurante para 130 personas que después de la cena se transforma en una pista de baile.

Gluckstein financió la remodelación del abandonado teatro Metropol con otra idea inédita. En enero de 2002, el empresario fundó la empresa Goya AG, para reunir unos 11 millones de euros entre un selecto grupo de accionistas. «Todo lo que es bueno funciona», sen tenció el empresario poco antes de la inauguración del exclusivo local, convencido de que su proyecto está condenado a tener éxito en una ciudad que tiene fama por la diversidad y complejidad de su vida nocturna.

«Gluckstein visitó a Bilbao a comienzos del año», señala Aitor Elizegi, al recordar el comienzo de su aventura berlinesa. «Es un amante de la cocina vasca y siempre tuvo la idea de ofrecerla en su club. Después de visitar los restaurantes de varios colegas, me ofreció participar en su proyecto porque mi platos son tradicionales y tienen sabor. Le encantaron», proclama con sano orgullo.

Un estado de ánimo

Después de firmar un contrato por dos años, Aitor Olizegi y su socio, Guillermo Fernández, aterrizaron hace cuatro meses en Berlín para poner en marcha el primer proyecto de calidad de la culinaria española en Alemania: una oferta con platos de la cocina vasca. «Siempre existió la idea de que nuestra gastronomía no puede viajar a causa de sus productos», comenta Aitor Olizegi en Berlín. «Esto ha cambiado ahora y aquí se pueden encontrar excelentes productos. Hay muy buenas verduras y la oferta de hierbas aromáticas es excelente», asegura.

Para no dejar nada al azar en su nueva aventura culinaria, Aitor Elizegi y su socio recorrieron los mercados berlineses, probaron la oferta gastronómica que ofrece la ciudad, buscaron el equipo adecuado para la cocina y, más importante aún, se aseguraron el envío regular de bacalao, el, alfa y omega de su futura carta.

Después de diseñar una rica variedad de pintxos para el bar de tapas del Club y elaborar una carta para el Txoko, Aitor y su socio ofrecieron el jueves pasado su primer menú: ensalada de bacalao con pil pil de hongos, carrillera con reducción de tempranillo y su famoso flan Gaminiz. Todo por 35 euros. «Me esta gustando lo que estamos haciendo y el proyecto es un gran desafío para nosotros», admite Olizegi después de vivir el éxtasis de tres noches de inauguración del club. «Los invitados se arrebataban los pintxos. Ahora veremos cómo reacciona el público con nuestro menú».

El próximo desafío será 'Pablo', el restaurante para gourmets, que abrirá sus puertas a comienzos de marzo del próximo año. «'Pablo' le dará un toque de calidad a todo el proyecto», augura el cocinero. El éxito no esta garantizado, pero Olizegi tiene un arma secreta para conquistar el estómago de Berlín, donde hay pocos restaurantes de calidad y donde la cocina vasca es una perfecta desconocida.

«Cambiaremos el menú cada tres meses, porque una de las claves del éxito de un buen restaurante es ofrecer platos que reflejen el estado de ánimo del cliente», dice el restaurador vasco. «La cocina es un estado de ánimo, es un arte como la pintura y hay que saber combinar los colores de los productos del mercado. Pero lo más importante de la cocina es el concepto de temporada», sentencia.

EL CLUB

Goya AG cuenta con 2.300 accionistas. El valor del paquete mínimo de acciones es de 3.960 euros.

El local tiene dos restaurantes, el Txoko, (ya inaugurado) y el Pablo (de próxima apertura), además de un bar de tapas.

Cuenta también con un salón de baile, una discoteca para adultos (entrada, 10 euros) y varios bares de copas.

Dispone de tres plantas, la última reservada a los socios.

Está ubicado en Amnollendorfplatz, número 5. El teléfono es 26391430.

(publicado el 11-12-2005 en El Correo)

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